La Opinión de A Coruña

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Rojo para A Coruña en la Agenda 2030: solo el 20% de los fines se cumple en grado “alto”

En catorce de los 106 objetivos, queda por debajo del nivel deseado | No llega a mínimos en apartados como pobreza, vivienda, aire o polución según los baremos europeos

Avia Veira, Roberto Rodríguez y María García, ayer en su acto de protesta conjunto. | // CARLOS PARDELLAS

La Agenda 2030 es un documento de compromisos por la igualdad firmado en el seno de Naciones Unidas y punto de apoyo para una nueva línea de ayudas europeas a las que podrán acceder también los ayuntamientos. De los 106 parámetros relacionadas con los objetivos de la Agenda 2030 , y que incluyen desde el respeto al medio ambiente a la igualdad económica o la criminalidad, A Coruña solo cumple en nivel “alto” un total de 22 de ellos, es decir, algo menos del 21%. En 14, o el 13,2%, no se llega al nivel mínimo. De los restantes, casi el 37% están en amarillo, relativamente cerca del objetivo, y un poco más del 29% en naranja, más próximos al mínimo.

El análisis forma parte de la Agenda Urbana 2030 aprobada ayer por la Junta de Gobierno Local, un documento encargado a una consultora privada en el que figuran líneas de sostenibilidad y desarrollo que servirán de base para pedir ayudas a la inversión en los años próximos, y que los divide en 17 líneas estratégicas. En seis de ellas no hay ningún objetivo que llegue al nivel máximo.

La más extensa es la de Ciudades y comunidades sostenibles, que agrupa objetivos relacionados con la contaminación, el transporte, la vivienda y la salud. Así, en los cinco parámetros relacionados con la polución atmosférica, y que incluyen la concentración de ozono y la presencia de partículas, A Coruña está por encima del mínimo tolerado pero por debajo del deseado en los indicadores, establecidos por la Red Española de Desarrollo Sostenible.

En cuanto a vivienda protegida, la ciudad no llega a la mitad de la cifra objetivo, y da indicadores por debajo de los deseados en acceso a la vivienda, plazas en centros sociosanitarios, infraestructuras del transporte y “vulnerabilidad urbana”.

Tampoco hay ningún parámetro en verde, el color que designa que la ciudad está en una posición óptima, en el eje de Acción por el clima. A Coruña no llega a lo deseable en cuanto a disminuir emisiones de CO2, ya se cuente la producción de este gas por habitante, por edificios e industria o por transportes. También se queda lejos de cumplir lo establecido por el Pacto de Alcaldes.

En la línea estratégica de Vida de ecosistemas terrestres, el objetivo de “protección de espacios naturales” está en rojo, mientras que se sitúa en naranja en los tres restantes: el porcentaje de cobertura artificial, de zonas forestales y de zonas verdes.

En el objetivo Hambre cero no hay ningún parámetro en verde, y sí uno en rojo: la ciudad tiene una alta desigualdad de renta. Tampoco llegan al máximo el gasto en servicios de promoción social, y están lejos de la cifra óptima las tasas de riesgo de pobreza, pobreza alta y pobreza infantil.

En la línea de Lucha contra el hambre todos los objetivos están en rojo o en naranja, si bien la mayoría tienen que ver con la agricultura y no encajan con el perfil urbano de A Coruña. Pero la ciudad también está lejos de la situación óptima en el precio de los alimentos.

Y los precios por el abastecimiento y saneamiento de agua también son más altos que lo deseable, así como el canon para acceder a ellos, según señala el informe dentro de la línea dedicada a estas cuestiones. Ninguno de los seis objetivos de este se cumple satisfactoriamente.

En cambio, los técnicos de la consultora que elaboró el documento ponen tres de las líneas de trabajo en verde, al tener puntuaciones mayoritariamente positivas. La que mejor queda situada en la evaluación es la de Educación de calidad, con cuatro de sus seis objetivos en verde. Son el acceso a guarderías y el porcentaje de población que ha completado diversos tramo de estudios. Pero el gasto en educación está muy lejos del objetivo.

Los técnicos sitúan también en verde el área de “trabajo decente y crecimiento económico”, con tres verdes de ocho: las tasas de desempleo juvenil y de parados de larga duración y el crecimiento de la productividad. Sin embargo, el índice general está muy lejos de lo deseado. En “paz, justicia e instituciones sólidas” la ciudad tiene cinco objetivos en grado óptimo por la alta participación y baja criminalidad, si bien ahora ya supera la media española.


La oposición se une para rechazar que se la excluyese de planear el programa

El Gobierno local llevó la aprobación de la Agenda 2030 a la Junta de Gobierno Local, donde la oposición cuenta con voz pero no con voto. Representantes de PP, Marea y BNG realizaron tras la reunión una insólita rueda de prensa conjunta para protestar contra la “improvisación” del Gobierno local y porque el documento no se haya llevado al pleno, impidiéndoles hacer aportaciones. El Gobierno local promete que lo llevará a pleno, “para recabar las aportaciones” de los grupos. Pero el plazo para aprobarlo y poder recibir las subvenciones estatales a su elaboración acaba hoy. Por lo tanto, la oposición entiende que la aprobación efectiva se ha producido ayer a través de la junta. El Estado, señaló el concejal del PP Roberto Rodríguez, “exige que estas agendas urbanas se saquen adelante con el máximo consenso posible, y por ello remite siempre al pleno de los ayuntamientos”. El Gobierno local tendrá que poner una “excusa de mal estudiante” para justificar la aprobación en junta. Si el Estado la rechaza, el Concello tendrá que abonar la elaboración del documento, perdiendo una subvención que la oposición calcula en 250.000 euros. La portavoz municipal de Marea, María García, señaló que en 2019, cuando su grupo ocupaba el Gobierno local, acordó desarrollar la agenda urbana, pero que en los más de tres años con el PSOE en el Ayuntamiento este ha rechazado colaborar con la oposición para llevarlo a cabo. La semana pasada se les convocó a una reunión para presentarles el documento ya elaborado, que fue “meramente expositiva”. El texto, de 1.300 páginas, se les dio después del encuentro. La edil del BNG Avia Veira afirma que este visto bueno en la Junta de Gobierno Local in extremis es una “artimaña para salvar los muebles”, pero recordó que incluso ciudades en las que se ha retrasado la aprobación del texto hasta el último momento, como Santiago y Pontevedra, lo están llevando a plenos extraordinarios. Sobre llevar el asunto a un futuro pleno, Veira cree que no hay “ninguna garantía” de que se haga y la oposición no podrá cambiar el documento.

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