El anuncio por el Gobierno local de la peatonalización definitiva de la calle Emilia Pardo Bazán entre Juan Flórez y Marcial del Adalid mediante unas obras que comenzarán el lunes y durarán 14 semanas suscitó ayer la protesta de vecinos que residen en esa vía. A pesar de que la alcaldesa, Inés Rey, informó que la medida fue pactada con los hosteleros y los vecinos, residentes en Pardo Bazán manifestaron ayer que se pondrá en marcha sin su apoyo y que así se lo hicieron saber a la regidora y al concejal de Urbanismo, Francisco Díaz, durante la reunión que se celebró sobre este proyecto en el colegio Labaca.

El presidente de la asociación de vecinos del Ensanche, Alfredo Camarero, confirmó a este periódico que esa es la posición mayoritaria entre quienes viven en la calle, que defienden la recuperación del tráfico para evitar largos rodeos con sus vehículos y poder acceder además con ellos hasta sus viviendas para transportar enseres o personas con problemas de movilidad.

El Concello anunció que la calle será de plataforma única, con aceras y calzada al mismo nivel, y que las terrazas se situarán de nuevo en las aceras, en las que solo ocuparán el frente de cada local, así como que su espacio estará delimitado por chinchetas, como sucede en la zona centro.

“Tuvimos en cuenta la opinión de todas las personas, vecinos y hostelería, a la hora de proyectar la nueva configuración de la vía”, declaró Inés Rey, quien añadió que se admitió que se pueda volver a llegar a Pardo Bazán desde la parte baja de Juan Flórez, la entrada para carga y descarga de ciudadanos en cualquier momento del día.

Otra de las medidas previstas es la ordenación en batería del aparcamiento del tramo superior de Marcial del Adalid para compensar las plazas perdidas en Pardo Bazán, una solución ya adoptada recientemente en otras calles de la ciudad y que ha suscitado las quejas de conductores de autobuses, repartidores y taxistas ante los problemas que causan los vehículos mal estacionados con este sistema.

Los vecinos disconformes aseguran que acudieron a la reunión del colegio Labaca tras enterarse con pocas horas de antelación de que iba a llevarse a cabo y sin una convocatoria formal, por lo que solo pudo acudir una decena de personas que expresaron su rechazo a la peatonalización, como confirmó Alfredo Camarero. Los hosteleros, según manifestó a este periódico uno de ellos, David Barro, apoyaron la iniciativa municipal, que les obligará a dejar libres los accesos a los portales.

Los residentes recogieron en el pasado un centenar de firmas contra la peatonalización y algunos de ellos presentaron quejas ante la Valedora do Pobo, mientras que en algunas de las comunidades de propietarios se han vuelto a reunir rúbricas de respaldo a escritos en contra del proyecto municipal para la calle.