La Xunta da luz verde a la urbanización del polígono de San Amaro, con edificios de 9 alturas y 260 pisos

El informe ambiental descarta que el proyecto para dotar de servicios a las futuras viviendas tenga un impacto negativo | El plan afecta a la zona entre Monte Alto y Adormideras, con alta edificabilidad heredada del plan de 1998

Proyecto de urbanización del polígono San Amaro-Orillamar. |   // LOC

Proyecto de urbanización del polígono San Amaro-Orillamar. | // LOC / R. D. Rodríguez

La Xunta ha dado luz verde al plan de urbanización del polígono residencial de San Amaro-Orillamar. Entiende que no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente y agiliza su tramitación. El documento corresponde a las obras para dotar de comunicaciones y servicios a los edificios que se prevén levantar en la zona, una superficie de 15.781 metros cuadrados situada entre Monte Alto y Adormideras. Este desarrollo inmobiliario está incluido en el último plan general del vazquismo, el de 1998, y fue incorporado al PGOM de 2013. Da derechos a los promotores para construir con alta edificabilidad, unas 260 pisos en bloques, uno de seis alturas y el resto de nueve, al borde del paseo. Los inmuebles completarían la manzana del entorno, hoy con las grandes medianeras a la vista. La urbanización incluye el adecentamiento de la bajada a la playa de San Amaro.

Los promotores agrupados en una junta de compensación, retomaron el proyecto hace cuatro años, seis después de presentar la primera propuesta de urbanización, en 2012, que paralizaron. A finales de 2021 la Junta de Gobierno Local aprobó el proyecto de urbanización, con un coste estimado de 1,6 millones de euros a cargo de los promotores. Medio Ambiente da ahora la autorización para la fase previa a la construcción de los inmuebles.

El proyecto residencial está incluido en un polígono que se extiende desde el cementerio de San Amaro hasta la rotonda de acceso al Club del Mar en Adormideras y que comprende el frente sin urbanizar del paseo marítimo y un triángulo formado por parte de la avenida de Navarra, la calle Fuente de San Amaro y la residencia de mayores Torrente Ballester. Precisamente frente a este equipamiento se proyecta levantar viviendas en la más grande de las tres parcelas destinadas a edificación, en forma de herradura y habitualmente ocupada por vehículos para aparcar; las otras dos se sitúan en el fondo de las calles San Amaro y San Pedro, frente al paseo y más próximas al cementerio.

Las obras de urbanización tienen una duración prevista de seis meses. En ellas figura una nueva circunvalación que conecta la esquina de avenida de Navarra y Fuente de San Amaro con la calle Orillamar y enlaces con San Pedro y San Amaro; conexiones peatonales con el paseo marítimo a través de espacios libres; la demolición y reconstrucción de parte de un edificio de la calle San Pedro que está declarado fuera de ordenación; y tres zonas ajardinadas con plantación de césped y árboles y áreas infantiles en la bajada de la calle Cutty Sark a Adormideras en la parte trasera de la playa de San Amaro, en la avenida de Navarra junto a la residencia Torrente Ballester y en un vértice del ámbito que forman el cementerio y el paseo.

El ámbito del polígono de San Amaro-Orillamar está afectado por el entorno de protección de la Torre, por lo que deberá cumplir las disposiciones del Plan de Ordenación do Litoral y también la normativa del Plan Especial de Ordenación, Protección, Conservación y Mejora de la Península de la Torre de Hércules. Los organismos consultados para la elaboración del informe ambiental de la Xunta emitieron documentos con diagnóstico favorable sobre la urbanización del polígono, aunque algunos hicieron puntualizaciones.

La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural estima “compatible” el impacto del proyecto sobre los elementos patrimoniales localizados en el entorno del ámbito, como son la fachada del antiguo cuartel de intendencia-parque de Artillería y el cementerio de San Amaro. El Instituto de Estudos do Territorio propone “medidas genéricas para garantizar una correcta integración paisajística” y para “minimizar los potenciales impactos derivados de la introducción de muros de contención”. El Concello, por su parte, apunta que “puede existir conflicto acústico” en el diseño de la ordenación y en la construcción de las edificaciones.

El ámbito que ocupa el polígono presenta distintos niveles de terreno, lo que prevé que se realicen movimientos de tierras y desmontes en roca con un volumen de más de 4.500 metros cúbicos y terraplenes con productos procedentes de excavación. La parte del ámbito que roza el paseo está enfrente del área de actuación del plan de reforma del propio paseo marítimo en la zona de Pelamios, cuyos trabajos empezaron el mes pasado.

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