Entrevista | Humorista, cineasta y presentador del espectáculo ‘Yo fui a EGB’, que llegará al Coliseum el sábado 25 de marzo

José Corbacho: “Desde esta trinchera de la comedia intento hacer que la gente viva un poco mejor”

“Vivimos en unos tiempos en que cada día es el temazo del siglo o el partido del siglo y tú dices: ‘Un poquito de reposo”

El humorista, actor y director José Corbacho.   | // L. O.

El humorista, actor y director José Corbacho. | // L. O. / Ana Carro

La gira Yo fui a EGB hará coincidir en el escenario del Coliseum de A Coruña el 25 de marzo a Nacha Pop, Alejo Stivel, Vicky Larraz, Danza Invisible, La Guardia, La Frontera, Modestia Aparte y Orquesta Mondragón. Músicos que marcaron una época y que hoy siguen despertando pasiones. Estarán acompañados por el humorista y cineasta José Corbacho, que mirará al pasado para hablar no solo de música, también de juguetes, de series de televisión y de anuncios.

Es el maestro de ceremonias de un espectáculo que podríamos decir que es como un viaje al pasado.

Sí, la verdad es que sí, aunque es un viaje al contenido del pasado que se disfruta desde el presente. Es como una fiesta como la que cantaba Mecano: En tu fiesta me colé. Es un superconcierto con músicos, artistas y bandas rock que formaron parte de una época determinada, pero todos están bastante en forma, incluso el maestro de ceremonias. También jugamos con mucho contenido de aquella época de cine, de televisión, de juguetes y de los hábitos para que la gente se lo pase bien.

¿Es una nostalgia alegre?

Me lo has quitado de la boca, creo que hay nostalgias alegres y nostalgias no tan alegres. Creo que depende de hacia dónde mires y cómo mires. La nostalgia es un concepto tan relativa que a veces lo empleamos para mirar muy lejos y otras veces lo usamos hasta en un concierto de Coldplay. Vas a la gira porque estás esperando que canten las canciones que tú cantabas con Coldplay hace tres, cinco o diez años. También pasa en el cine. Se estrena Top Gun y hay público nuevo y también público que recuerda cuándo fue a ver el primer Top Gun. Si la nostalgia nos coloca en la infancia, en la adolescencia o en la juventud, para la mayoría de personas es un momento en el que lo has pasado bien y has disfrutado. En ese sentido, a la que suene en A Coruña Salta de Alejo Stivel o La chica de ayer de Nacho Pop, yo salto porque es la bandera sonora de mi vida y, además, son temazos.

Habrá público arrastrado por padres y abuelos que no sepa lo que era la EGB. ¿Es consciente de ello?

(Ríe) Totalmente. A lo mejor hay gente que no sabe qué es la EGB porque ya forma parte de otra ley educativa, la que a cada uno le haya tocado, pero se encontrará conciertos, una fiesta. Yo he participado como presentador en uno que hicimos en Pamplona y me sorprendió porque me esperaba gente mayor, pero hay gente de muchas edades. Habrá a quien le recuerde a un momento de su juventud y otros dirán: “Qué bien nos lo estamos pasando”. Esto es como los jóvenes que cantan canciones de los Beatles. Es lo normal.

¿Aquí no hay diferencia entre boomers y millennials?

No. Lo que pase en el Coliseum, se queda en el Coliseum. La gente lo disfruta. Todos tenemos una cámara de fotos y de vídeo en el teléfono, así que muchos guardan el testimonio porque a lo mejor dentro de diez años tendrán nostalgia de esta fiesta. La nostalgia es como un bucle que se va retroalimentando.

Ahora salen canciones que arrasan pero en dos semanas nadie se acuerda de ellas. ¿Ya no hay grupos como Tequila o Olé olé?

Todo es muy rápido ahora. Probablemente esta sea la etapa tecnológica que más rápido avanza. Esa generación que fuimos a la EGB, que teníamos un pie en el analógico y otro en el digital, vamos en constante movimiento y, a veces, nos van adelantando por derecha e izquierda un montón cosas y un montón de información. Hay cosas maravillosas, como el acceso a la información, pero, por otro lado, esa cantidad de contenidos estratosférica se olviden las cosas muy pronto. La memoria del ser humano da para lo que da, no puedes retener 50 números 1 el mismo día. Vivimos en unos tiempos en que cada día hay el temazo del siglo, el partido del siglo, el evento del siglo... Y tú dices: “Un poquito de reposo”. Pero igual que una canción de Olé Olé ha permanecido, seguro que las de Rosalía, C. Tangana o Los Planetas también permanecen en el tiempo y dentro de 20 años se hará la fiesta de Yo fui a la ESO o Yo no fui al cole y sonarán canciones de esa generación. Esto es algo cíclico.

Combina esto con sus monólogos y sus facetas de actor y director. ¿Se queda con alguna o Corbacho necesita de todas?

Pues esto me encanta mucho porque el material de Yo fui a EGB lo viví en primera persona. Hablo del colegio, del pupitre, de la persona que te gustaba, las notitas, los corazones con compás en la mesa y por no hablar de que yo lloré con Heidi, Marco y La casa de la pradera. Si no hiciera esto, seguramente estaría en un diván explicándole a un señor qué bien me lo pasaba de joven. Es una maravillosa terapia colectiva.

Habla de un tiempo en el que había menos cosas, ¿le sorprende que las nuevas generaciones se aburran?

Mucho. Justo me pasó el otro día en una comida. Estaban los peques y uno dijo “se están aburriendo”. Y ya salió el tema de las tablets. Empezamos a hablar los mayores de cuando nosotros nos aburríamos, pero no teníamos tantas cosas para hacer y estaba más justificado. Y ya no entramos en la nostalgia del abuelo cebolleta de que jugábamos con piedras. A mí me cuesta aburrirme. Una cosa es que quiera desconectar y otra aburrirme. Hay mucha oferta a nivel lúdico, creativo, artístico...

Le veo muy activo en redes sociales donde hace poco compartió una fotografía de su cicatriz por el Día Mundial del Riñón. ¿Es su otro altavoz?

Totalmente. A mí me trasplantaron de riñón y hace tiempo me nombraron embajador. Últimamente se habla mucho de salud física y mental. Es bueno darle visibilidad. Yo siempre he utilizado el humor y la comedia para muchas cosas y para esto también está bien porque la comedia es terapéutica. A mí lo que más me emociona cuando me encuentro a la gente es que me digan “me has hecho reír” o “el otro día me lo pasé muy bien viendo algo tuyo”. La risa es muy bueno para el organismo humano. Desde esta trinchera de la comedia intento hacer que la gente viva un poco mejor.

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