La ría de A Coruña, nueva vida de un hábitat limpio

La retirada de lodos contaminantes, el traslado de plantas protegidas y la creación de una zona verde en el paseo y espacios para aves ponen fin a más de dos años de obras en O Burgo

Técnicos de las empresas que han participado en el dragado supervisan la ría este viernes en el paseo de O Burgo.

Técnicos de las empresas que han participado en el dragado supervisan la ría este viernes en el paseo de O Burgo. / Carlos Pardellas

La ría está limpia. El estuario que baña los bordes de los ayuntamientos de A Coruña, Oleiros, Culleredo y Cambre finalizó este viernes, con su recepción administrativa, la “compleja, innovadora y costosa” obra de su regeneración ambiental. Han pasado 27 meses desde el comienzo de unos trabajos que, con el dragado y la eliminación de lodos contaminantes, deja la ría coruñesa “en mejores condiciones sanitarias y con un potencial mucho mayor de productividad”. Son conclusiones de Carlos Gil, jefe de Demarcación de Costas en Galicia y director de las obras y del proyecto de dragado en O Burgo, quien reitera el “esfuerzo colectivo” que ha dado como resultado la recuperación de un estuario cuyo saneamiento se reclamaba desde el siglo pasado por los vertidos de la actividad humana e industrial en esta zona tan rica en marisco.

Nueva zona verde que da continuidad al paseo en O Burgo.   | // PARDELLAS

Nueva zona verde que da continuidad al paseo en O Burgo. | // PARDELLAS / R. D. Rodríguez

Más de 25 empresas, gran parte de ellas “locales y gallegas”, han participado en la obra en distintas fases y desde antes de que comenzara la actuación en la ría, adjudicada a la UTE formada por Acciona y Matías Arrom Bibiloni por más de 32 millones de euros. Unas 250.000 horas de trabajo, calcula Gil durante un paseo explicativo por la zona con este periódico horas antes de que se recepcionase la obra. “Ha habido una media de 100 trabajadores diarios, el 75% en la misma ría, seis días a la semana las 24 horas, desde finales de 2023 incluso siete días”, repasa.

Aves de paso en el estuario coruñés.   | // CARLOS PARDELLAS

Aves de paso en el estuario coruñés. | // CARLOS PARDELLAS / R. D. Rodríguez

¿Cómo se ha dragado la ría desde enero de 2022? La complejidad de la obra la simplifica Gil con una comparación cotidiana: “Tenemos un colador, echamos café o agua oscura, en la malla queda el café o la suciedad y sale el agua clara. Así funciona el proceso”. La realidad técnica tiene otro lenguaje y está protagonizada por un innovador sistema pionero en España, mediante el confinamiento de lodos en geotubos. Estos son unos grandes sacos con tejido de malla que se van llenando con la entrada a presión del material contaminante; a los lodos se les añade antes floculante, un agente químico que provoca que “se apelmacen” en el interior de los geotubos y tengan un tamaño mayor que el de la malla, de manera que quedan almacenados dentro y el agua sale filtrada al exterior.

Orilla de Oleiros en un punto donde vierte una tubería.   | // CARLOS PARDELLAS

Orilla de Oleiros en un punto donde vierte una tubería. | // CARLOS PARDELLAS / R. D. Rodríguez

“El agua saliente se envía a la laguna de Fonteculler, donde se le realizan controles para medir la turbidez antes de su vertido a la ría. Con ese control de turbidez de mediciones cada diez segundos se garantiza que el 99% de contaminación no queda en el agua y por tanto no vuelve a la ría; o en otras palabras, el agua que regresa a la ría está limpia”, explica Carlos Gil, que en 2007 empezó a hacer “estudios serios” sobre el estado de la ría y desde 2013 trabaja “en equipo” con la solución de los geotubos, apartado en el que subraya las investigaciones del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex).

Tras un periodo inicial de prueba, este proceso de dragado se aplicó en las zonas más castigadas de la ría, en los sectores próximos a la margen derecha (Oleiros y Cambre entre el puente de A Pasaxe y el de O Burgo), más de 583.000 metros cúbicos de estuario. A los lodos contaminantes retirados se les dio un doble destino: los más contaminados se recogieron en recinto, en los geotubos que ahora han quedado enterrados bajo la nueva zona verde —60.000 metros cuadrados de superficie— creada para dar continuidad al paseo de O Burgo, por donde los ciudadanos ya pueden caminar; los fangos de contaminación “moderada” se llevaron mar adentro, a unas seis millas de la costa en un punto autorizado, fuera de caladero, donde vierten todos los puertos del entorno y se hacen estrictos controles ambientales.

Trasplante de zostera

La regeneración de la ría ha ido más allá del dragado, ya que la obra comprendió la reutilización de áridos para la restauración de canales y el restablecimiento de la hidrodinámica de la ría, la mejora de los bancos marisqueros, la recuperación de la laguna de Culleredo y trabajos en el arenal de Santa Cristina. A ello hay que añadir la habilitación de espacios públicos, como la continuación del paseo con sendas y áreas verdes en la margen izquierda de la ría, según Gil una de las partes más complejas de toda la actuación por la creación de los recintos donde se introdujeron los geotubos.

El trasplante de zostera Noltii, una planta protegida de la pradera marina de O Burgo, fue una parte del proceso en la que Gil destaca la “intensa contribución” de los mariscadores de la ría. Estos participaron en su retirada de Santa Cristina y de una zona central del estuario y en su traslado al borde de Culleredo. Fueron trasplantados más de dos millones de haces en los primeros meses de 2023. “Nunca habíamos realizado una tarea de esta magnitud, tan compleja al tratarse de una planta protegida”, comenta el jefe de Demarcación de Costas en Galicia.

La preservación y creación de hábitats en la ría durante las obras se localiza en la margen izquierda, en Culleredo. Ahí las aves podrán pasar el invierno en sus rutas de paso por la zona o habitar el lugar en breves etapas para alimentarse y descansar “después de volar miles de kilómetros”. En la laguna de Fonteculler se han creado tres islas flotantes como posadero o refugio para las mareas altas. “Más de cincuenta especies de aves acuáticas vienen a pasar el invierno o están de paso, del norte de Europa hacia abajo. Otras vienen de Estados Unidos y recientemente han venido de África”, cuenta Gil.

Algún zorro y, sobre todo, nutrias procedentes del río Mero que acostumbran a pescar en grupos han sido otros visitantes en el estuario de A Coruña en los últimos dos años, animales curiosos detectados a través de sensores y cámaras del equipamiento de las obras.

“Vigilar la ría”

“La ría estaba prácticamente muerta antes del dragado, tanto sus condiciones como su productividad. Ahora está bien, es potencialmente más rica, pero hay que vigilarla, ver cómo se comporta porque es cambiante y hay fenómenos climáticos que pueden afectar”, advierte Carlos Gil, que recuerda que el estuario “no es una zona de baño, por su fango y sus corrientes”. “La arena es ahora más amarilla, tiene un tono claro, gris, que no quiere decir que sea contaminante. Y se puede poner verde cuando entran algas, porque la ría es algo vivo”.

El jefe de Costas en Galicia destaca la “seguridad” de las obras en los meses de intervención, el trabajo de empresas como Proyfe y Adantia por el seguimiento y difusión de la actividad realizada a través de informes mensuales de acceso público, la colaboración de los cuatro concellos coruñeses afectados, los vecinos del entorno y la “voluntad política” para llevar a cabo el saneamiento de la ría.

El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, recordó este viernes tras la recepción de la obra que el Estado “ha cumplido un compromiso con determinación, consciente de la deuda histórica con la ría y sus trabajadores”. Atrás quedan décadas de demandas de vecinos, mariscadores y administraciones para que el consenso institucional desembocase en el necesario dragado de la ría coruñesa. Las aguas están limpias ahora y el marisqueo mira al futuro aún con interrogantes en el presente, pero sin querer volver a ver más contaminación en uno de los hábitats más ricos de la comarca de A Coruña.

La resiembra y las ayudas preocupan a los mariscadores

Los mariscadores que faenan en la ría celebraron con reservas el fin de las obras. Advierten de que hay bancos marisqueros que se han visto afectados de manera indirecta por los trabajos del dragado, por lo que creen que no se puede dar por acabada la obra sin solucionar esta cuestión. Les preocupa además la resiembra de marisco —unos 14 millones de ejemplares, calcula Costas—, ya que estiman que al tratarse de bivalvos pequeños, lejos del tamaño comercial, no podrán trabajar hasta dentro de “18 o 24 meses”. Al acabar las obras termina el periodo en el que reciben compensaciones económicas, por lo que instan a las administraciones a solucionar este asunto por tener que esperar a que el marisco crezca de tamaño. “Los trabajadores nos vamos a ver desamparados, y unas 70 familias dependemos de las ayudas”, denuncia el portavoz de los mariscadores, Manuel Baldomir. Anuncian un corte de tráfico el 3 de mayo en A Pasaxe.

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