Los universitarios ante la falta de pisos en alquiler: “Hay gente que lleva varias semanas buscando”

Denuncian el incremento de las rentas y aseguran que el ‘boom’ de los pisos turísticos provoca que haya menos oferta disponible ELa residencia Elvira Bao, una de las opciones más atractivas para los recién llegados

El estudiante Pedro Pazo, en la residencia Elvira Bao. |   // VÍCTOR ECHAVE

El estudiante Pedro Pazo, en la residencia Elvira Bao. | // VÍCTOR ECHAVE / Ana Carro

Las inmobiliarias dieron la voz de alarma, avisando de la falta de pisos para estudiantes para el próximo curso, y ahora son los propios alumnos los que explican los problemas que se encuentran a la hora de buscar vivienda: pocas opciones y precios muy altos. “La situación actual es complicada. Cada vez hay menos oferta y los precios han subido”, comenta Bruno Fariñas, miembro del colectivo estudiantil Erguer.

Este estudiante de Sociología sabe por experiencia lo difícil que es encontrar un piso en la ciudad. “Además, hay muchos que no vienen amueblados y eso supone un coste adicional”, detalla el universitario, al que le subieron la renta 50 euros del año pasado a este.

Para la estudiante de doctorado y docente Inés Dacuña el problema también está en “la precarización del mercado laboral”. “Las viviendas están súper caras y los estudiantes tienen más dificultad a la hora de acceder a ella, pero también los alumnos que trabajan porque los salarios son precarios. A los 30 años no pueden acceder a una vivienda digna y hay que compartir piso, cuando a lo mejor en esa etapa ya te gustaría estar solo”, analiza.

Los precios por habitación actualmente se mueven “entre los 200 y 300 euros” en zonas como “Os Mallos, O Castrillón o Riazor”, detalla Pedro Pazo, representante de los usuarios de la residencia Elvira Bao, la única pública de la ciudad. En su primer año se instaló en un piso compartido, pero ahora vive en la residencia. “Depende de cada persona y del precio que estés dispuesto a pagar, pero la residencia es económica y la parte buena es que sea crea una buena comunidad”, expone el joven, que reconoce que el piso “ofrece más autonomía”. Sin embargo, las habitaciones en la residencia tienen precios que van de los 119 a los 253 euros al mes.

“Para muchos puede ser una buena opción porque no es fácil encontrar un piso económico”, señala Pazo, que cree que en la próxima convocatoria, que se abre el 7 de junio, la Universidade da Coruña (UDC) “seguramente reciba más demanda que el año pasado”. “Probablemente se cubran todas las plazas”, añade. Fuentes de la UDC informan que en este curso que concluye ahora se cubrieron las 118 plazas disponibles, aunque algunas se solicitaron meses después del arranque de las clases.

El representante de los residentes asegura que “hay gente que lleva buscando piso desde hace semanas para entrar en septiembre”, algo no muy habitual, pues los estudiantes solían buscar vivienda en verano, cuando se vacían los pisos y hay más movimiento en las inmobiliarias.

Hay otra cuestión importante que ha ido agravando este problema en los últimos años: el boom de los pisos turísticos. “Cuando llega el verano, aunque quieras continuar en el mismo piso, mucho arrendadores te piden que los vacíes para alquiler vacacional. Eso es un problema porque tienes que sacar todas tus cosas”, expone Bruno Fariñas, que opina que “los pisos vacacionales están afectando mucho a los estudiantes”. “Hay propietarios que simplemente ya no ofertan sus pisos para estudiantes y los destinan a pisos turísticos. Les resulta más rentable y así disminuye la oferta disponible”, añade.

Inés Dacuña insiste en que en A Coruña “en los últimos años, el alquiler está carísimo” y, además, “lo que hay asequible no está en muy buenas condiciones”. “Te encuentras con un cuarto sin ascensor o cinco personas compartieron un solo baño”, detalla la estudiante de doctorado.

A estos alumnos les preocupa también que al precio del alquiler “hay que sumar otros gastos” lo que hace que, a veces, “cueste llegar a fin de mes”. El representante de Erguer reconoce que ha notado mucho “la subida de los precios de la alimentación y del material escolar”. “A eso hay que sumar luz, agua, internet... Así es muy difícil”, comenta el joven, que ha conseguido, junto a sus compañeros, que su casera no les suba más el alquiler: “quería incrementar otros 50 euros, pero le dijimos que no podíamos asumirlo y que tendríamos que buscar otro piso”. Lograron convencerla. De todos modos, este estudiante alerta de que hay otros aspectos a tener en cuenta a la hora de buscar piso: “las inmobiliarias te cobran por buscar vivienda y luego tienes que pagar fianza y adelantar el primer mes, no es nada fácil”.

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