Entrevista | Eliseo Parra Maestro del folclore peninsular, actúa en la Romaría de Santa Margarita el domingo

“Me da mucha envidia que en Galicia siga viva la tradición, no hay peligro de que se pierda”

“¿Tanxugueiras? Lo que hacen lo hacen muy bien, pero ese ritmo electrónico no me convence. Estoy de acuerdo en que hay que experimentar: es lo que yo he hecho siempre”

Eliseo Parra, en una imagen promocional.   | // MIGUEL VALBUENA

Eliseo Parra, en una imagen promocional. | // MIGUEL VALBUENA / R. D. Rodríguez

Folclorista es el término que mejor define a Eliseo Parra (Sardón de Duero, Valladolid, 1949); también antropólogo y divulgador encajan bien con su trabajo, y su vida, dedicados a la música y al estudio de sus raíces. A Coruña recibe este domingo por la noche a este maestro, a esta institución aclamada por distintas generaciones como gran renovador de la música tradicional peninsular, como parte del cartel de conciertos de la Romaría de Santa Margarita, cuya organización llevaba décadas sin invitar a artistas que no son gallegos. A Parra le acompañará una banda de seis músicos en la última actuación de la fiesta, y una de las últimas de su carrera, ya que este año anunció su retirada después de más de medio siglo en los escenarios.

Le doy una bienvenida especial. No es habitual que a la Romaría de Santa Margarita vengan a tocar músicos no gallegos. Y usted es una referencia para muchos músicos.

Me ha sorprendido que me llamasen, y muy gratamente. Cerrar la última noche con mi banda me parece maravilloso, y con gente como Xosé Lois Romero con Aliboria y Sharon Shannon.

Antropólogo, profesor, estudioso, divulgador… de la música tradicional española. Así se dirigen a usted. ¿Usted qué es en realidad?

Siempre he dicho que soy un músico folclorista, ahora. Antaño hice rock, jazz, salsa, de todo. Desde que me dediqué al trabajo de campo me considero más folclorista.

Según su trabajo de campo, ¿qué diría que sobresale del folclore gallego, o qué lo define?

Somos un país pequeño, pero tenemos una variedad y una riqueza musical infinita. La música de Galicia no tiene nada que ver con la de Murcia, ni la de Cataluña con la de Andalucía. De Galicia me sorprende muchísimo el tempo y el ritmo que tiene la gente tocando las panderetas. Me da mucha envidia cómo en Galicia se mantiene tan viva la tradición porque la gente joven todos tocan todos cantan todos bailan. No hay peligro de que se pierda la tradición, como sí ocurre en otras zonas de España. Murcia también lo consigue.

¿Qué corrientes de otras músicas o estilos coinciden en el folclore gallego?

Siempre se ha dicho que Galicia es celta, pero la verdad, cuando escucho a los gallegos tocar la pandereta no escucho a músicos de Bretaña o de Gales que cultivan más el género celta, en absoluto. Eso es un sello único e indiscutible que tiene Galicia, cuya música tampoco se parece a la de algunas regiones de Asturias y Castilla y León donde también se toca la pandereta. Mezclar la música gallega con la celta ya depende de los músicos, pero la tradición no mezclaba.

En su último disco, Diacrónico, viaja a través del tiempo y recurre al pasado pero aporta nueva música. ¿Qué nombres o figuras del pasado y del presenta resalta del folclore gallego?

Conocí el folclore gallego por Milladoiro, unos pioneros. Me acuerdo de DOA, que eran muy buenos y originales, de Andrés Do Barro y Luar na Lubre como referencias. Me gustan nuevas tendencias más electrónicas: Mercedes Peón, Davide Salvado, Marcelo Dobode. Hay mucha gente haciendo cosas muy buenas, cada vez mejor.

¿Tanxugueiras? Su éxito ha impulsado también esa nueva mirada al folclore gallego.

Lo que hacen lo hacen muy bien, tanto ellas como otras formaciones parecidas. La manera de presentarlo al público, a mí, que ya tengo una edad, no me acaba de convencer, ese ritmo electrónico… Pero es una apuesta tan respetable como Baiuca o tantos otros. Estoy muy de acuerdo en que hay que experimentar porque eso yo lo he hecho siempre.

Ha grabado en catalán, euskera y gallego. ¿Cómo es hacerlo en nuestro idioma?

No es difícil, tampoco tan fácil como se cree. Yo domino el catalán porque viví 20 años en Cataluña, el euskera sí es difícil, más que por la pronunciación porque no sabes lo que estás diciendo.

Volviendo a Diacrónico, el que será el último trabajo de su carrera. Parece que ha querido despedirse a la grande, arropado por muchísimos músicos e instrumentos.

En el disco anterior hice yo todo en la pandemia, voces y percusiones. Para este llamé a las amistades, desde Rozalén a Silvia Pérez Cruz, Judit Neddermann, Carola Ortiz. Tiro mucho de Cataluña, de músicos como Pitti, del que fue director del Ballet Nacional de España, Antonio Najarro, con las castañuelas. Me apetecía hacer un disco diferente.

¿La música, para una persona que la ha enseñado, es continuo aprendizaje?

Siempre, la música y la vida. Se puede aprender de todo: desde escuchar antiguas grabaciones que se hicieron en el campo y descubrir matices nuevos, a encontrar grandes matices en intérpretes nuevos que te dejan sorprendido. Cuando se dieron a conocer Radio Tarifa o Carlos Núñez, la gente empezó a mirar al folclore. ¿Por qué? Porque tenía calidad, mucho nivel musical. Creo que, quieras o no, aprendes.

¿Cuánto disfruta enseñando?

Lo dejé, me cansé. Cuando son músicos tus alumnos da gusto, pero la mayor parte de los alumnos no eran músicos y… te cansas porque la música no es su cometido, y ves que no avanzas, y eso no me motiva. Es lo que me pasó a mí. Y la música es terapia.

¿De qué forma la música ayuda, cura?

En más aspectos que los que la gente cree. La música calma el alma y alegra los corazones, ahuyenta el miedo. Algo que me ha quedado muy presente con el trabajo de campo en los pueblos es que cuando preguntaba a la gente por qué cantaba cuando trabajaba me decían que si no cantaban no podían trabajar. Ese canto aliviaba el trabajo. Y Galicia es el único sitio donde me he encontrado cantos para caminar, cantares de andar o camiño.

Desde hace 50 años ha sido parte de muchos grupos. ¿Alguno le ha marcado más en su vida?

Creo que todos. El primer grupo de rock, en Barcelona a principios de los setenta… eso te marca mucho, y te forma. Entonces se trabajaba muchísimo, se viajaba mucho para tocar. Luego tocábamos años enteros en Ibiza casi a diario. Mi banda, que me sigue siendo fiel desde hace veintitantos años. El proyecto Coetus. Las muchas colaboraciones que he tenido.

¿De qué otro grupo le hubiera gustado formar parte?

Hombre, los Beatles son maestros de todo, y me habría gustado cantar con Crosby, Stills & Nash, a los que imitábamos en el grupo Mi Generación, con sus armonías pero con temas nuestros.

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