Ocho naciones a toda vela en A Coruña

Centenares de coruñeses acudieron ayer al Muelle de Trasatlánticos para subir a los veleros de la plurinacional Tall Ships Races, que visitó este año la ciudad por décima vez en su historia

Este domingo al mediodía, los buques participantes en la regata Tall Ships Races desfilarán en una parada naval para despedirse de los muelles de A Coruña, pero este sábado el desfile, solo interrumpido por alguna desafortunada tromba de agua, fue de visitantes. Centenares de coruñeses pasaron por el muelle de Trasatlánticos para ver los buques, que llevan en la ciudad desde el jueves. En el propio muelle había carpas, cantina y espectáculos, como una lucha de esgrima, del festival gastronómico Coruñam, y los barcos, sobre los que ondeaban las enseñas de ocho nacionalidades, no estaban menos animados.

En la cubierta de madera del Atyla, con base en Bilbao, unos niños contemplaban un espectáculo de magia, mientras que el gigante Cuauhtémoc, el buque escuela de la Armada mexicana, hervía de visitantes, y otras decenas hacían cola para subirse al velero, adornado con profusión de banderas. A su lado se podía contemplar otra embarcación de gran tamaño, el polaco Dar Mlodziezy, construido en los astilleros soviéticos y ahora buque de entrenamiento.

Sobre el uruguayo Capitán Miranda, antaño buque hidrográfico y ahora escuela de la Armada del país sudamericano, se elevaba la tela blanca de las velas y la albiceleste de la bandera nacional, con el Sol de Mayo. Y varios de los visitantes llevaban también la insignia sobre los hombros: el buque recibió la visita de la comunidad uruguaya que vive en Galicia, que departía con sus compatriotas marinos con el sonido de fondo de un grupo de niños que tocaba instrumentos de percusión. Un poco más tarde, los coruñeses paseaban sobre los tableros del danés Georg Stage, comunicándose con los estudiantes y tripulantes del buque con gestos y alguna palabra en inglés.

Al fondo del muelle convivían la tradición y la modernidad: la portuguesa carabela Vera Cruz, réplica de las naos con la que los lusos conquistaron los mares hace siglos, al lado del moderno patrullero Atalaya, de la Armada española (esta participa en la regata con un velero, el Nautilus). Completan la lista el español Juan de Lángara, los británicos Challenge Wales, Maybe y Jolie Brise, el polaco Fryderyk Chopin y el italiano Stella Pollare.

Nicolás Lecuna - Visitante del ‘Capitán Miranda’

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

“Soy de Uruguay, aunque ahora vivo en España desde hace casi dos años, y allí había visto a uno de los barcos que han venido, el Capitán Miranda. Ahora he aprovechado para visitar un pedacito de mi patria. He visto a un montón de compatriotas, te sentís por un segundito que volviste. El barco colmó mis expectativas, y me parece genial que se mezclen barcos de diferentes países y culturas, siempre aporta”.

Irene Guerreiro - Voluntaria de la regata

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

“Es la primera vez que estoy de voluntaria. No me dedico al Turismo, ni al mar; vi la posibilidad en el periódico y me apunté para conocer gente nueva y practicar idiomas. Los voluntarios hemos estado ayudando con el control de la gente y las salidas de emergencia, y colaborando en las actividades para los tripulantes: fútbol, visita al acuario, una yincana... He conocido a gente de muchas edades, he aprendido bastante, practicado idiomas, visitado los barcos... Me gustaría repetir”.

Morten Hess-Nielsen - Ingeniero jefe del ‘Georg Stage’

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE

Ocho naciones a toda vela | VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

“Llevo cuatro años navegando en el Georg Stage, en el que soy ingeniero jefe; el buque ya había estado en la ciudad, pero yo, personalmente, no. La ciudad es realmente bonita, buena comida, y el puerto está cerca de la ciudad. Somos 73 personas a bordo: una docena de tripulantes profesionales y 63 estudiantes, a los que enseño ingeniería. Navegar a la vieja usanza enseña a los alumnos a trabajar como un equipo, para llevar a un velero hay que trabajar juntos. Les hace poner primero la necesidad del barco, luego las de los compañeros, finalmente las propias”.

Eduardo Prieto - Líder de guardia del ‘Atyla’

Nicolás Lecuna

Víctor Echave

“Hace dos años que empecé a navegar en Atyla, que tiene su puerto base en mi ciudad, Bilbao. Ahora soy líder de guardia y es la primera vez que participo en una regata. La navegación es una gran experiencia, por ella en sí y la convivencia de todos: somos 23 tripulantes, pero de ocho nacionalidades: algunos de 20 años, y, yo, el mayor, de 53. Conoces otras culturas, otras maneras de pensar”.

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