La conversión de bajos en viviendas alienta el interés por la creación de pisos turísticos

El Colegio de Arquitectos recibió “consultas en masa” sobre la normativa

“Hay mucho especulador interesado”, advierten

“Tiene que estar más limitado y controlado”, reclama el director de la Escuela de Arquitectura

Bajo con proyecto para convertirse en vivienda en A Coruña, en septiembre.  | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Bajo con proyecto para convertirse en vivienda en A Coruña, en septiembre. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / Jacobo Caruncho

La reciente modificación de las normas de habitabilidad de Galicia que facilitan que bajos comerciales puedan reconvertirse en viviendas ha disparado el número de consultas que recibe el Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) en A Coruña. “Cuando se aprobó el nuevo decreto empezamos a recibir muchas consultas”, aseguran desde el organismo. Pero el interés suscitado, explican, no busca la reconversión de los espacios para destinarlo a vivienda fija, sino para la creación de nuevos pisos turísticos en la ciudad. “Hay mucho especulador interesado en esta posibilidad”, afirma Ruth Varela, presidenta de la delegación coruñesa del COAG, que hace un llamamiento para mantener la “calma” para analizar el nuevo decreto de la Xunta que flexibiliza las condiciones para el cambio de uso de los espacios, a la espera de la interpretación de la normativa por parte del Concello, que podrá decidir si delimita ámbitos para proteger zonas históricas. “En este momento hay mucha desinformación y mucho desconocimiento”, asegura.

Hace apenas un mes que la Xunta aprobó el decreto con el que flexibiliza las condiciones para convertir bajos comerciales en viviendas, reduciendo la altura mínima requerida del espacio, posibilitando la división del cuarto de baño en dos piezas o la instalación de sistemas de ventilación autónomos ajenos a la salida de humo del edificio. “Ahora la cosa está más relajada, pero los primeros quince días empezamos a recibir de golpe consultas en masa sobre la normativa. Pero ninguna para hacer residencias habituales pensadas para la gente de aquí, fueron todas para hacer viviendas de uso turístico”, asegura la delegada del COAG, que vaticina “un problema muy grande” si la nueva normativa abre las puertas a la especulación inmobiliaria. “La ciudadanía no se va a beneficiar de esta medida. A la ciudad todo esto no le resuelve nada, todo lo contrario, le resta”, explica Varela, que cree que los bajos reconvertidos pueden acabar en manos de “unos pocos operadores”. “Ven una oportunidad de oro y piensan en hacer negocio, no en aportar una solución al problema de vivienda de la ciudad, que necesita de la vida de su población”, sentencia.

El Ayuntamiento ha anunciado que regulará los pisos turísticos a través del plan general, por lo que los permitirá solo en bajos y primeras plantas, salvo en Pescadería y Ciudad Vieja, donde, con algunas excepciones, los tolerará en edificios completos.

El análisis de Varela no dista de las observaciones que hace el director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Plácido Lizancos, que teme que la normativa urbanística pueda llevar a la especulación. “El gran riesgo es que toda oportunidad que se pueda abrir para la ciudad se utilice para extraer el capital y ponerlo en manos privadas”, apunta, dudoso de que las modificaciones de la normativa de la Xunta vayan a responder a las necesidades habitacionales de la población coruñesa. “Las normativas provocan especulación y esos bajos es muy probable que al final acaben convertidos en pisos turísticos”, añade el arquitecto, que alerta de que A Coruña puede acabar convirtiéndose en una ciudad “extremadamente lucrativa”. “Estamos siguiendo los pasos de otras grandes ciudades y esto ya sabemos cómo acaba. Todo esto tiene que estar más limitado y controlado por la Administración, que tiene que hacer de A Coruña una ciudad acogedora para sus ciudadanos”, considera Lizancos, que ve “graves consecuencias” en el auge de los pisos turísticos. “Todo esto tiene un efecto no deseado y en el comercio local y la seguridad de la ciudad”, argumenta.

Pese a las previsiones, la presidenta de la delegación coruñesa del COAG confía en que la situación no llegue a ser “catastrófica”. “No va a suceder, pero imaginar una ciudad con todos sus bajos ocupados por pisos turísticos es algo terrorífico, es el escenario de una película de miedo”.

Con todo, los arquitectos piden “mucha cautela” con la normativa de la Xunta y la postura del Concello. “La gente está muy despistada, así que ciudadanos e inversores deben ser cautos. No hay que lanzarse hasta que veamos las interpretaciones que se puedan hacer del decreto. No es un tema sencillo”, asegura Varela, que concluye con un mensaje rotundo: “Mucha prudencia y por encima de todo cuidemos de la ciudad y de su gente”.

“Son el lugar menos adecuado para la vivienda”

“No va a haber tantos bajos en A Coruña que cumplan con las condiciones que se requieren para la conversión de locales comerciales en viviendas”, asegura rotunda la delegada coruñesa del COAG, Ruth Varela, que recuerda que los espacios se destinaron en su día a uso comercial “por su propia configuración”. “Son los lugares menos adecuados para meter vivienda”, asegura, para apuntar a los problemas para filtrar el aire, el exceso de ruido, la falta de seguridad o la tendencia a la inundación de esos espacios. “Habrá que estudiar caso a caso”, explica, para añadir que la reconversión de bajos “tendría sentido” si estuviese destinada a una “emergencia habitacional” para personas con necesidades.

El arquitecto y profesor de la UDC Plácido Lizancos considera que “sin duda” es posible reconvertir los bajos en viviendas, siempre que se solventen problemas “como el contacto de la planta baja con la acera”. El experto coincide con su compañera al buscar nuevos usos para los bajos y se decanta también por colectivos menos favorecidos. “Estaría bien utilizarlos como viviendas para personas de la tercera edad o para personas con discapacidad, por ejemplo”, explica Lizancos, que ve en los bajos comerciales en desuso también “un inmenso potencial” como espacio para el “encuentro ciudadano”. “Hay miles de cosas que se podrían hacer con todos esos espacios por el colectivo ciudadano. Son espacios que hay que aprovechar, pero no pensando en lucrarse a través de pisos turísticos”, concluye.

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