El Puerto de A Coruña apuesta por los planes energéticos en Langosteira y los cruceros para crecer en 2024

Balance anual del Puerto de A Coruña. Acaba un año “bueno” y está a punto de empezar otro ilusionante, para el que el presidente portuario, Martín Fernández Prado, avanza que la entidad prevé un aumento del número de escalas de cruceros y pasajeros (hasta 160 barcos y unos 400.000 cruceristas) y firmar acuerdos globales con las grandes empresas energéticas de Europa que en los últimos meses han visitado punta Langosteira para analizar proyectos y colaborar con el Puerto en proyectos vinculados a la estrategia Green Port, por el cual el puerto coruñés encararía la transición ecológica como centro generador de fuentes de electricidad verde.

En el capítulo dedicado al año que acaba, Fernández Prado destacó el récord de cruceristas, la consolidación de los tráficos de mercancías pese a un “ligero descenso” motivado por el menor movimiento de carbón rumbo al norte de Europa y calificó como un “hito” la puesta en marcha de la terminal petrolera de Repsol, que ha superado los 20 millones de toneladas de mercancía desde su puesta en servicio.

Langosteira recibe el primer petrolero de Repsol once años después de entrar en servicio

Respecto a la fachada marítima y su definición, que el Puerto debatirá con el Ayuntamiento de A Coruña y la Xunta, el presidente portuario dijo, sin apuntar detalles, que se ha “reanudado el diálogo” con las administraciones, y recalcó que las premisas con las que se abordará el asunto en 2024 son el mantenimiento de la titularidad pública de los terrenos y la generación de ingresos para hacer frente a la deuda por la construcción del puerto exterior.

Fernández Prado también informó de que en breve se iniciará la tramitación del parque eólico experimental de Langosteira, que lidera la Xunta en colaboración con la Autoridad Portuaria y Redeia, y que cuenta con financiación europea por 20 millones de euros. Se mostró optimista en que se logre la autorización definitiva para este parque, que el propio Gobierno central ha calificado como estratégico ya que permitirá probar los efectos sobre el medio marino y la biodiversidad, y para cuyo emplazamiento se tiene en cuenta la opinión del sector pesquero.