Vecinos de Os Castros, en A Coruña, denuncian continuas molestias del dueño de un piso y sus visitantes

Quienes frecuentan la vivienda llaman a los timbres a todas horas, amenazan a los que les reprenden y causan altercados

La policía acude a menudo y afirma que vigila el entorno

Vehículo de la Policía Nacional

Vehículo de la Policía Nacional / EUROPA PRESS

“El problema del ruido por las noches es terrible. Llamadas al timbre para que les abras, subidas y bajadas en el ascensor, voces, golpes en la puerta si no les abren…”, ese es el calvario que dicen soportar a diario los residentes en un inmueble de la avenida de Oza, en A Coruña, a causa del propietario de una de las viviendas a la que acuden personas a todas horas supuestamente para adquirir drogas. Una de las vecinas, cuyo nombre se omite ante las amenazas sufridas por quienes se enfrentan a las personas que frecuentan el piso que origina el conflicto, señala que los afectados han llamado en numerosas ocasiones a la policía porque se han producido peleas en las escaleras y que hay altercados a menudo en la vivienda.

“Están esperando en la calle a que entremos algún vecino para hacerlo ellos y si no les dejamos se inicia una discusión”, explica esta residente, quien admite que esta conducta es peligrosa. “A mi vecina la amenazaron con clavarle una navaja y a mí me han llamado puta, pero por el momento no ha habido ninguna agresión.”

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han personado en el inmueble en varias ocasiones ante la llamada de los vecinos y vigilan el entorno de forma habitual, según informaron a este periódico fuentes de la Jefatura Superior de Policía, pero los problemas persisten. La asociación de vecinos de A Gaiteira-Os Castros transmitió esta situación a la Subdelegación del Gobierno, que acaba de contestarle que lo trasladará a la Comisaría de la Policía Nacional para que se adopten “las medidas oportunas”.

“Les hemos visto perseguirse en la calle y los coches que están aparcados delante del edificio no sé cómo se libran, porque la mitad de las veces salen con botellas y botes y los tiran al suelo”, comenta la vecina sobre la actuación de quienes acuden a la vivienda conflictiva. Según dice, los residentes en el inmueble tienen “clarísimo” que el propietario del piso desarrolla una actividad ilícita y recuerda que hace unos días tuvieron que llamar a la policía porque encontraron en las escaleras a un hombre inconsciente al que los agentes identificaron.

“Nos gustaría grabarles y sacarles fotos, pero no nos atrevemos porque tengo hijos y todo el mundo sabe quién soy”, explica esta mujer, uno de cuyos hijos le solicita que le acompañe todos los días al entrar y salir del edificio por miedo a encontrarse con estas personas. “Un día fuimos a presentar una denuncia porque empujaron a mi vecina y a mí intentaron pegarme delante de la policía y cuando llegamos allí nos dijeron que ya conocían a esa persona y que había estado en la cárcel varias veces”, añade.

La principal dificultad para actuar en este caso es que quien reside en la vivienda que origina el conflicto la recibió en herencia y la Ley de Propiedad Horizontal solo permite intervenir si se demuestra que el propietario comete actividades ilícitas. En caso de que la comunidad le exija que cese este comportamiento y no lo haga, se puede solicitar una orden de alejamiento de la vivienda. “Pero todo eso lleva mucho tiempo y es muy costoso”, se lamenta esta vecina, que además destaca que cuando presentaron la denuncia se pasaron cuatro horas en la comisaría.

“Cuando hay un caso que está tan claro habrá otras maneras de hacer. Siempre les digo a los policías que se pongan frente al edificio unas horas y que cacheen a los que quieran entrar, porque al final, por la presión, se van, ya que cuando vienen los agentes en dos o tres días no aparecen”, señala. “Sé que es complicado, pero nos parece que se hubiese más prevención, más seguridad, no habría este problema”, afirma la residente.

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