Un manual discutido para los Vehículos de Movilidad Personal

Los usuarios de patinetes, monociclos y ‘segways’ discrepan de la nueva normativa elaborada por Tráfico que ya está en vigor y los distribuidores le achacan una caída en las ventas

Una joven circula en patinete por la calle del Orzán.  | // VÍCTOR ECHAVE

Una joven circula en patinete por la calle del Orzán. | // VÍCTOR ECHAVE / José Manuel Gutiérrez

El uso de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) inició ayer una nueva era en España con la entrada en vigor del Manual de Características Técnicas que deben cumplir y en el que se establece que los que se vendan tendrán que contar con una certificación en ese sentido. Los ya en circulación que carezcan de ese documento tendrán tres años de plazo para adaptarse.

La nueva normativa establece una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora para todas las clases de estos vehículos, obliga a disponer de indicador de velocidad y de nivel de la batería, un sistema doble de frenado, catadióptricos y luz de freno diferenciada o combinada con la trasera.

Pero la aplicación de estas disposiciones dictadas por la Dirección General de Tráfico no cuentan con el respaldo de todos los implicados en esta forma de movilidad. “Estamos en contra porque no nos parece el manual más adecuado, ya que existe una normativa europea más amplia y menos restrictiva”, señala Enrique Fernández, presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal de A Coruña, quien destaca que los vehículos autoequilibrados —como los monociclos y los segways— se les exige también un sistema de doble frenado “cuando no tienen frenos porque frenan con el motor, que es muy potente”.

En su opinión, instalar ese equipamiento en ese tipo de vehículos “si no es imposible, es muy complicado”, a lo que añade que los fabricantes no puede elaborar modelos en exclusiva para el mercado español. Esta regulación llevará, según Fernández, a que el propietario de un VMP de este tipo que proceda de Portugal no lo puede usar en España, lo que a su juicio “atenta contra la libre circulación de bienes y servicios en Europa”, donde ya existe una normativa común.

Sobre el plazo para la certificación de los vehículos que no cumplen la normativa, Fernández vaticina que “la mayor parte de ellos irán a la basura”, pero desconoce cuántos se encuentran en esa situación porque no existe un censo que cuantifique los VMP en circulación ni de qué tipo de característica son. “Estimamos que hay unos cinco millones”, señala el presidente de la asociación coruñesa, para quien “si el propietario de un patinete barato ve que tiene que gastar en certificarlo, comprará uno nuevo”.

La entidad propone elaborar un nuevo manual y dar más tiempo para la certificación de los que incumplan la regulación, ya que considera que no hay grandes problemas con estos vehículos ahora que obliguen adoptar otra normativa con carácter urgente. Fernández indica además que la Federación de Asociaciones de Usuarios de VMP ha puesto en marcha una iniciativa de micromecenazgo para financiar un recurso contra el manual de la DGT.

“Va a afectar directamente a los proveedores, que tienen grandes stocks, los vendedores solo tenemos ya los homologados porque estábamos atentos a este proceso”, explica Joao Assunçao, propietario del establecimiento Ciclotronic. Según aclara, los aparatos más caros ya cumplían la normativa antes de la entrada en vigor del Manual de Características Técnicas e incluso tienen “más de lo que pide la DGT”.

Pero este profesional destaca la disparidad entre las exigencias estatales y municipales, ya que la instrucción del Concello sobre VMP limita la potencia máxima a 250 vatios, cuando la nacional la fija en 1.000 para patinetes y 2.500 para los autoequilibrados. “La potencia no está relacionada con velocidad y permite salir de un apuro”, advierte Assunçao, quien añade que “no va a influir en la seguridad, sino el conductor, porque hay una falta de educación vial tremenda”. Apunta además que con una potencia baja no se pueden subir cuestas, lo que dificultará el uso de los patinetes en la ciudad.

En su opinión, la venta de VMP ha caído en los últimos meses por la incertidumbre sobre la certificación, que ha llevado a muchas personas a pensar que no podrían usar estos vehículos.

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