O Ventorrillo, en pie contra la inseguridad: “Hay altercados, gritos, robos y consumo”
Vecinos del barrio, que el lunes se concentraron ante un bajo para pedir solución a la delincuencia, aseguran que los residentes se trasladaron a otro frente al Raquel Camacho
La acción de los vecinos destapó, este lunes, el malestar que el barrio de O Ventorrillo llevaba sufriendo en silencio varios meses. El lunes, un grupo de vecinos del entorno de la calle Monasterio de Bergondo decidieron decir basta y escenificar su hartazgo con la situación de inseguridad que viven a causa de los residentes de un bajo de la calle, ante el que se concentraron entre gritos, elocuentes en sí mismos, de “Fuera, fuera, que se vayan” o “Estamos hasta los huevos”.
La protesta sacó a la luz una situación que se viene prolongando desde la pandemia, con especial intensidad desde el final de la crisis sanitaria. “Es un bajo frecuentado por toxicómanos”, explica el presidente de la asociación de vecinos del barrio, José Ángel Souto. “De por sí, esa actividad no tendría por qué molestar, pero hay consecuencias derivadas: altercados nocturnos entre ellos, gritos, peleas, ruidos...”, detalla.
Algunos de los residentes en el bajo en el que los vecinos sitúan el foco de los problemas —que, según fuentes vecinales, está alquilado, no ocupado ilegalmente— abandonaron a última hora de la tarde del lunes el local escoltados por numerosos agentes de policía, que vigilaron el entorno para evitar conflictos con los residentes. No obstante, pese a que en un principio acogieron la noticia con alivio, los vecinos aseguran que, lejos de abandonar el barrio, se trasladaron a otro local a pocos metros, situado frente al colegio Raquel Camacho.
Souto, igual que otros vecinos concentrados el lunes, señalan incidentes como “robos, coches abiertos, atracos en comercios” y otros actos delictivos, como hurtos —algunos con intimidación, detallan— a personas por la calle o consumo de drogas a plena vista, lo que deja imágenes como la de la acera sembrada de jeringuillas usadas. Desde la asociación vecinal aseguran que mantuvieron el pasado viernes una reunión con representantes del Gobierno local en la que trataron la cuestión y que, si bien la acción de este lunes fuente al bajo no fue promovida por el ente vecinal, refrenda el sentir de los vecinos.
“Tuvimos una reunión con la concejalía de Seguridad, en la que hablamos de ese bajo y se expuso la situación. Nos comentaron que se estudiaría poner más presencia policial y otras acciones administrativas, a ver qué se puede hacer. Supongo que otros vecinos, ajenos a la reunión, convocaron acciones en paralelo a las nuestras”, comenta José Ángel Souto, que observa que el vecindario está “cansado de la situación”.
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