La fachada que Primor tendrá que recuperar

El cierre del local atiende a la exigencia del plan especial de recuperar el estilo original del edificio donde se ubica, diseñado en 1925 por el coruñés Eduardo Rodríguez Losada

El antes y el después de la fachada del Cantón Pequeño.

El antes y el después de la fachada del Cantón Pequeño. / LOC

Fue en el año 1953 cuando la cadena de perfumería Primor nacía como un pequeño negocio familiar en el centro de Málaga. Desde entonces, la marca ha llegado a abrir cerca de 150 tiendas —entre propias y franquicias— en España y más allá de sus fronteras. Una de sus últimas inauguraciones, la de Los Cantones, 70 años después. Fue una apertura muy exitosa pero sin embargo efímera, interrumpida 15 días después por el Concello. ¿Qué ha pasado? En el año 1925 se concedía la licencia de construcción del edificio para albergar el Banco Anglo-South American, en cuyo bajo hoy se encuentra Primor. El exterior ha cambiado mucho respecto a aquel entonces y es precisamente por eso que el Concello ha decidido cerrar la droguería, ya que, argumentan fuentes municipales, pasó por alto el Plan Especial de Protección de Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri), que obliga a recuperar estructura y elementos originales cuando se hacen reformas en los inmuebles del casco histórico.

El levantamiento del edificio, diseñado con el estilo ecléctico del arquitecto coruñés Eduardo Rodríguez Losada, se enmarcaba en la época del desembarco de los grandes bancos en el centro de la ciudad, que modificaron por completo su arquitectura con la construcción de grandes edificios de alturas nunca antes vistas que dieron lugar a un gran centro financiero que daba respuesta al desarrollo del puerto, por el que desembarcaba un cuarto de millón de pasajeros a inicios del siglo XX.

Academia Galega que muestra la fachada del Banco Anglo-South American (1927)

Academia Galega que muestra la fachada del Banco Anglo-South American (1927) / RAG

El edificio donde hoy se encuentra Primor fue erigido para acoger la sucursal coruñesa del Anglo-South American, que entró en funcionamiento en julio de 1927, lo que justifica ese porte de escala colosal de la fachada, que el arquitecto artífice recreó en las potentes columnas y pilares de base cuadrangular adosados a la pared que articulan los tres pisos principales de la construcción. Tal y como recoge el Pepri, en la fachada del edificio original destaca la “disposición asimétrica” de la composición, mientras que la decoración se limita al “juego de elementos” que se combinan de formas “muy arbitraria”.

Fachada del edificio cuando en su bajo se encontraba la sucursal de Banesto (2003)

Fachada del edificio cuando en su bajo se encontraba la sucursal de Banesto (2003) / Juan Varela

El edificio original, según explica el plan de protección del Ejecutivo local, resume la “sensibilidad del eclecticismo monumentalista” presente en la época en la que fue construido, que es visible en las seis plantas que originalmente poseía, a las que se sumaron posteriormente algunas más en respuesta a una ampliación reciente de época moderna.

Tan moderna como el bajo que ocupa el Primor. Pero antes de su llegada, la fachada ya fue modificada por los negocios bancarios que se fueron sucediendo en esa ubicación, pero que fueron puestos en marcha antes de la aprobación del Pepri en 2013. Desde entonces, la normativa municipal establece que cuando se realicen obras de adecuación arquitectónica en las fachadas y elementos exteriores de los edificios será obligatoria la “recuperación de las características arquitectónicas y formales originarias del conjunto, con supresión de elementos disconformes”.

El Concello cierra Primor por hacer la reforma sin licencia y no haber recuperado la fachada original

Casteleiro / Roller Agencia

La fachada actual del edificio del número 15-17 del Cantón Pequeño, donde se encuentra Primor, ha supuesto un verdadero lifting para la imagen que mostraba el que fue un símbolo financiero de los años veinte en la ciudad, que posteriormente pasó a ocupar el Banco Español de Crédito (Banesto).

Hace quince días que Primor abrió en la ciudad y ahora tiene ese mismo tiempo de plazo para alegar contra la orden de clausura del Ayuntamiento, que exige para el exterior una vuelta al diseño de Eduardo Rodríguez Losada