Los fondos de inversión apuntan a San Andrés por la reforma y para instalar pisos turísticos

La mayoría de estas sociedades son propiedad de coruñeses, y se dedican a inversiones de pequeño tamaño fuera del objetivo de otras más grandes | Los promotores compran “edificios enteros” debido al alto precio de los solares

Edificios de la calle San Andrés en la zona donde empezaron las obras la semana pasada.   | // MIGUEL MIRAMONTES

Edificios de la calle San Andrés en la zona donde empezaron las obras la semana pasada. | // MIGUEL MIRAMONTES / Enrique Carballo

Los agentes del sector inmobilario coinciden: hay fondos de inversión buscando comprar inmuebles en San Andrés y su entorno, atraídos bien por la reforma de la calle, que se puso en marcha hace unas semanas e incluye la ampliación del espacio peatonal, bien por la posibilidad de abrir pisos turísticos en una zona céntrica pero que no está tan saturada de ellos como el ámbito de la Marina. Los actores no son, en su mayoría, ni multinacionales ni grandes fortunas, sino sociedades constituidas por personas de la ciudad, muchos pequeños y medianos empresarios que buscan diversificar sus inversiones adquiriendo un patrimonio inmobiliario al que luego buscan sacar rendimiento.

“Nos consta que los fondos de inversión están invirtiendo en toda A Coruña, y en San Andrés el interés por comprar se ha incrementado por la conversión de la calle en un bulevar, principalmente para alquilar”, resume Mirko Sanhueza, de Urbeko Inmobiliaria. Sin embargo, señala que “la gente se confunde con lo que son fondos de inversión”, pues a muchas personas este término les remite a herramientas que solo emplean multimillonarios, o a los fondos buitre; estos “se hacen con cosas más grandes” que las inversiones típicas en la ciudad, de pequeño tamaño, explica Sanhueza.

Una empresa familiar que con algo de cash compre un edificio es un fondo de inversión”, añade el agente inmobiliario, y este es un perfil habitual en la ciudad. En A Coruña hay “mucho dinero” y “empresas muy fuertes” de mediano tamaño cuyos propietarios han creado fondos de inversión de dos o tres millones de euros comprando edificios para alquiler, defiende Sanhueza. “Te puede venir algún fondo de Madrid”, puntualiza, pero en A Coruña “hay suficiente capacidad económica” para invertir.

Blanca Hervella es la responsable, junto con Ana Caridad, del grupo Ninbu, tanto promotor como inmobiliario. Al igual que Sanhueza, señala que “la mayor parte de los fondos de inversión no son de fuera, son de dos o tres socios, y de gente sobre todo de A Coruña: aquí no viene a comprar pisos General Motors”. Y también ve interés en comprar, en especial “edificios enteros”, en la zona de San Andrés, así como en Panaderas y el Campo da Leña.

Para Hervella, el interés de los fondos de inversión se enfoca en el centro urbana, en la “zona vacacional” de la ciudad, y uno de los factores que llevan a querer adquirir inmuebles completos es el anuncio por parte del Concello de que tratará las viviendas de uso turístico como negocios. Esto implica que se prohiben, con carácter general, fuera de bajos, primeros pisos y edificios enteros, si bien el Concello no está cerrando los establecimientos existentes y los nuevos que incumplen el plan general se siguen inscribiendo sin limitaciones, según indican el sector y la Xunta.

Otro factor es que en estas zonas “los solares están tan sumamente caros que es prácticamente imposible acceder a ellos”, así que los promotores tienen que adquirir edificios ya existentes porque “es la única manera de tener propiedades en el centro y zonas buenas de la ciudad”. En Ninbu llevan más de quince años realizando rehabilitaciones integrales, pero en general los promotores prefieren construir desde cero porque las reformas son “mucho más costosas y engorrosas”, sobre todo en el centro, donde hay especiales limitaciones urbanísticas. “Igual la fachada está protegida o no puedes colocar las ventanas que tú quieres”, pone como ejemplo Hervella, que añade que “hay un mercado activo subterráneo entre promotores. “Un edificio dura tres o cuatro días en oferta cuando se asienta su precio”, detalla.

Los residentes de la zona de San Andrés, por el momento, no han visto un desembarco de fondos de inversión, según explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Orzán-Pescadería, José Luis Méndez. “No nos hemos enterado de nada de eso, como sí de otros temas como las viviendas que ha comprado la Xunta para alquileres sociales, pero de fondos, nada”, señala, si bien indica que sabe que hay personas que “están al acecho” para comprar edificios ruinosos en el entorno de la calle. “Creo que sí que hay movimiento para meterse ahí en la zona, pero no tengo información directa”, resume.

Movimiento de los inversores

Para la presidenta de la delegación coruñesa del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, Ruth Varela, si hay demanda de inmuebles en la zona de San Andrés es porque “imagino que se está trasladando allí” el interés por abrir viviendas de uso turístico. “La zona más saturada es la próxima a la dársena”, indica la arquitecta, que cree que “se están moviendo hacia San Andrés y el Orzán, a Pescadería, una zona menos tensionada”.

Varela considera perniciosos tanto el aumento de viviendas de uso turístico como la compra de pisos por parte de inversores para luego alquilarlos o revenderlos, pues distorsionan el mercado. “Antes se calculaba el valor de la vivienda por la hipoteca media”, explica, y los promotores tenían en cuenta esta a la hora de planificar los edificios que construían o adaptaban.

Pero ahora, con dificultades para acceder al crédito tanto por parte de empresarios como de ciudadanos, los promotores están “haciendo productos inmobiliarios”: pisos pensados en el inversor y su “segmento de mercado”, que no tienen por qué coincidir con el de la mayoría de ciudadanos. Este fenómeno supone “dejar de tener la vivienda disponible para la ciudadanía, con los promotores volcados en un mercado que no es de las personas que sacan su renta del salario”. El resultado es claro: “La vivienda sube exponencialmente”.

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