Lloret será el escenario en el que esta tarde (20.30 horas) el Liceo -todavía sin Toni Pérez tras fracturarse la nariz en una entrenamiento-, intentará seguir con su buena racha y conseguir su cuarta victoria consecutiva. Es segundo, empatado con el Barcelona a 18 puntos, y a uno del Vic, y no puede permitirse muchos más tropiezos -perdió en casa contra el Reus Reus y en la cancha del CaldesCaldes- porque el líder todavía tiene un partido menos que jugará la próxima semana. Superada la inercia irregular del comienzo del curso, y con los hermanos Bargalló como baluartes indiscutibles de su rendimiento ofensivo, el conjunto coruñés se enfrenta a un rival que en teoría luchará por la permanencia pero que con 10 puntos (venció a Shum, Caldes y Vendrell y empató con el Vilafranca) está cómodamente asentado en la décima posición de la tabla

A pesar de los antagónicos objetivos y las diferencias de plantilla, se trata de dos equipos con muchas cosas en común. Lo más evidente, los dos visten de verde y blanco. Pero más allá, hay otras curiosidades que comparten. Para empezar, en el banquillo están sentados los dos entrenadores más veteranos de la OK Liga. Carlos Gil, de 64 años, por el lado liceísta y Manolo Barceló, de 53, por el del conjunto de la localidad costera catalana. Ambos son dos enciclopedias andantes de hockey sobre patines. Barceló pasó por el Reus, el Blanes y finalmente, el Lloret mientras que el argentino desarrolló casi toda su carrera como entrenador en A Coruña.

Otra casualidad es que en los dos equipos hay dos apellidos repetidos. El Bargalló sobresale en las camisetas herculinas porque el gran momento de forma de los hermanos Jordi y Pau está catapultando al Liceo. En el Lloret, la repetición es total, pues Álex y Marc Grau son gemelos. El duelo fraternal lo ganan de momento los del equipo coruñés. Juntos llevan 21 de los 45 goles que han marcado los del Carlos Gil este curso. La renta de los Grau es menor, con cuatro goles para Marc y uno para Álex. El máximo artillero del conjunto catalán es Xavier Crespo, con siete, seguido por David Plaza, con cuatro.

Hasta hace un par de temporadas, además, Lloret y Liceo también compartían que los presidentes del club tenían a sus hijos en la plantilla. Los Perarnau y los Lamas. Pero Oriol, el portero suplente, se ha quedado solo porque su progenitor Joan -absuelto recientemente de las acusaciones de la operación Clotilde contra la mafia rusa- ya no es está al frente del club ni su hermano Roger en la plantilla; mientras que en A Coruña siguen Eduardo como máximo mandatario y Josep como jugador, pero el pequeño Eduard hizo las maletas el pasado verano con destino a Barcelona.