Un peregrino es la persona que visita un lugar sagrado, generalmente caminando por motivos religiosos. Para muchos, no hay sitio con más significado que aquel en que el pueden disfrutar con el stick y la bola ni religión más poderosa que su amor por el hockey sobre patines. Por diferentes motivos, laborales, de estudios o simplemente por ofertas irrechazables, más de veinte jugadores coruñeses jugarán lejos de casa en la presente temporada 2016-17. Fuera de las fronteras nacionales, como el caso de Pablo Cancela (Oliveirense portugués), Juan Fariza (Valdagno italiano), Martín Barrós y Jacobo Mantiñán (Saint Omer francés), Chus Gende, Ángel Mirantes y David Rodríguez (Dornbirn austríaco) y Adrián Boo (Montreux suizo). Pero también, dentro del territorio español. Para jugar en la OK Liga: Eduard Lamas (Barcelona), Ignacio Alabart (Voltregá), Martín Rodríguez (Alcobendas) y Olaia Candal (Rivas). Como Primera Nacional: Antonio Miguélez y Fran Otero (Barcelona B), Adrián Candamio, Gabriel Villares y Pablo Fernández (Shum). O ligas regionales: Iago Otero y Julián Villares (Virgen de Europa madrileño), Irache Candal (Rivas), Pablo Torres (categorías inferiores del Barcelona), Iñaki Ojanguren (Sant Just) y Diego Toro (Capellades).

Porque a veces lo más conveniente es meter los patines y el stick en la maleta y peregrinar en busca de la felicidad deportiva que se niega en la propia tierra, donde todas las puertas parecen cerradas y escasean las oportunidades. El primero en atreverse a marcharse al extranjero fue Pablo Cancela. Su contribución a la apertura del hockey coruñés hacia el exterior es innegable, porque después muchos siguieron su ejemplo, dándose cuenta de que a veces es necesario arriesgar y trabajar mucho para triunfar. Él nunca había tenido problemas en reclamar minutos lejos del calor del hogar. Estuvo en Vigo, volvió a Cerceda, pero el salto a Italia suponía dar un paso más allá. Acertó. Forte dei Marmi se convirtió en su casa durante cinco temporadas. De hecho, era uno de los jugadores más emblemáticos y queridos del conjunto de la Toscana, con la que ganó tres Scudettos. Incluso recibió la llamada de la selección española y su nombre pasó a ser uno de los mejores considerados del mercado internacional. Los rumores le situaban de nuevo en A Coruña, pero su revaloración lo llevó a la liga portuguesa, donde más fluye el dinero en los últimos tiempos. Para esta campaña estrena ciudad, Oporto, y equipo, Oliveirense. Junto a él, otro coruñés de sentimiento: Jordi Bargalló. Los dos ya golean con su nueva camiseta, como este fin de semana, con dos goles de Cancela y tres del excapitán verdiblanco. Ambos visitarán la ciudad en enero para enfrentarse al Liceo en la Liga Europea.

La aventura transalpina de Cancela, no obstante, no pasó desapercibida para dos buenos excompañeros y amigos. El último, Juan Fariza. El ex del Cerceda cumple la que es su segunda temporada en el equipo del norte italiano, donde ha pasado a ser una de sus grandes figuras goleadoras. Tanto que incluso reconocen a su madre por la calle cuando su familia ha viajado a verle. Fue el sexto en la lista de cañoneros de la liga italiana del pasado año con 34 dianas. Esta ha empezado un poco menos acertado, aunque ya lleva tres en las cinco primeras jornadas del campeonato. La suya es una historia con final feliz, no el caso de Neto. Su fichaje por el Giovinazzo había sido una de las mayores alegrías de su carrera para en poco tiempo pasar a ser una pesadilla. Tras alegar bajo rendimiento, el club decidió rescindir unilateralmente su contrato. Una mala experiencia que no le privó de continuar con su periplo hockístico primero en Portugal (Candelaria) y ahora en Francia (Saint Omer).

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El país galo fue refugio de varios coruñeses, aunque más la temporada pasada, con hasta cinco peregrinos (además de Neto, Pablo Añón, Alberto Bodelón, Sergio Huelves y Samuel Cebeira, además de los tres hermanos Di Benedetto, de madre herculina) que formaron su pequeña Galia en terreno francés. Este año la nómina ha quedado reducida a dos. Neto se mantiene en el Saint Omer y se le ha unido en el equipo Jacobo Mantiñán. Ya estuvieron juntos en Dominicos. También en el Cerceda. Y ahora en Francia. Comparten hasta casa. Para el delantero, la oferta de su actual equipo fue la mejor salida que encontró tras la desaparición del Cerceda. Está aprovechando su oportunidad y ya es uno de los máximos goleadores del equipo. Lleva cuatro en cinco jornadas, el último este fin de semana ante el Ploufragan, Sus tantos y las paradas de Neto ponen al Saint Omer segundo en la clasificación que lidera el Quevert.

El talento abre el camino de la mayoría de ellos. Como a Eduard Lamas en el Barcelona; a Martín Rodríguez en el Alcobendas o Ignacio Alabart, cedido en el Voltregá por el Barcelona, donde pasó por la Masía ahora abierta a otros tres paisanos suyos: Antonio Miguélez, Fran Otero y Pablo Torres. También en Cataluña empiezan a hacer despegar sus carreras Adrián Candamio, Pablo Fernández y Gabriel Villares, los tres en el Shum con el objetivo de devolver al equipo a la OK Liga. A otros, en cambio, a pesar de no andar escasos de aptitudes, fueron las circunstancias personales, bien propias o bien de sus familiares más directos, de estudios o trabajo, las que les llevaron lejos de A Coruña y no quisieron dejar de lado su pasión. Es una de las primeras cosas que hace el jugador coruñés cuando tiene que emigrar. Enterarse del sitio más cercano para jugar al hockey.