El Tribunal de Apelación de Versalles rechazó ayer las demandas de Karim Benzema y del resto de imputados por un presunto chantaje al que era su compañero de selección Mathieu Valbuena. Un portavoz de la Fiscalía indicó que la sala de instrucción del tribunal se negó a anular el procedimiento, como reclamaban los abogados de los inculpados, por considerar que hubo irregularidades.

A tres días de cumplir los 29 años, Benzema vio cómo el proceso continúa y puede obligarle a sentarse en el banquillo de los acusados el año próximo por un delito castigado con hasta 5 años de cárcel y 75.000 euros de multa.

La última palabra sobre su futuro internacional no la tienen los jueces, la tiene el seleccionador, Didier Deschamps, un adepto del orden, la ejemplaridad y el comportamiento irreprochable que difícilmente convocará a un jugador manchado por el marchamo de una imputación. Incluso aunque se trate del atacante con mejor palmarés, del que tiene mayor experiencia en partidos importantes y del máximo goleador en activo con la casaca de los bleus.

La vida del vestuario, el buen entendimiento entre los jugadores, son claves en los planteamientos del técnico, que no ha vuelto a convocar a Benzema desde que los jueces lo procesaron. Su última aparición con la selección, la número 81, fue en octubre de 2015.

Su abogado, Sylvain Cormair, tras el rechazo de su recurso para intentar anunciar la instrucción declaró: "Continuamos nuestra lucha para demostrar la inocencia de Karim Benzema". El letrado admitió que "es una mala noticia desde el punto de vista del procedimiento, pero no cambia nada para el fondo del asunto". Avanzó, además, que estudian la posibilidad de un recurso ante el Tribunal Supremo al dictamen.