Una remontada en dos minutos, entre el 86 y el 87, con dos goles, levantaron al Atlético con una victoria fulminante contra el Celta, ganador en ese momento del encuentro y doblegado después por los tantos de Carrasco y Griezmann y la reacción del conjunto rojiblanco.

Una sucesión de hechos que desencadenaron el 3-2, un resultado impensable unos instantes antes, cuando John Guidetti había dado ventaja al equipo celeste en el minuto 77, y el estallido del Calderón y del Atlético, vencedor contra el Celta y contra sí mismo, porque antes regaló el 0-1 y falló su enésimo penalti del curso.

El partido fue trepidante, de esos que no permiten ni un momento de pausa a los futbolistas ni apartar ni un segundo la vista del terreno de juego a los espectadores. Dos equipos preparados para ganar, con toda la ambición del mundo, dispuestos a sanar cuanto antes la herida de su eliminación en la Copa del Rey. Un gran duelo.

Desde el principio, incluso desde antes del rápido primer gol, en el minuto 5, para el Celta, con mucho mas demérito de Moyá, que rechazó fatal de puños un córner que, aparentemente, parecía agarrable.

Fernando Torres arregló el problema con un golazo inesperado. Un gol de la nada, inesperado, y el 1-1 en el marcador.

Llegó el penalti que el propio Torre envió a la madera. Y más tarde, si tiempo el tanto de Guidetti y los de Carrasco y Griezmann.