El Madrid se vio obligado a remontar a un Sporting que plantó cara en todo momento pero no supo sujetar a Isco, que hizo lo que quiso durante todo el encuentro, incluidos dos goles decisivos.

El entrenador del Sporting, Joan Francés Ferrer, Rubi, optó por un sistema diferente al habitual y situó de inicio a los tres centrales, Meré, Amorebieta y Babin con Lillo en el lateral derecho y un hombre de largo recorrido como Isma López en el izquierdo.

Zidane sólo mantuvo a dos jugadores, los centrales Sergio Ramos y Nacho con respecto al partido ante el Bayern por lo que en El Molinón presentó su segunda unidad, dando minutos a jugadores como James, Isco, Morata o Asensio que por su falta de minutos salieron a ganar más protagonismo.

Los madrileños dominaron desde el inicio, pero el Sporting se adelantó en el marcador tras una gran combinación de Mikel Vesga con Cop al que mandó el balón en una gran vaselina por encima de Nacho que el delantero rojiblanco remató sin dejarla botar.

Pero la alegría sportinguista duró tan sólo tres minutos, los que tardó Isco en poner el balón en la escuadra de la portería de Cuéllar tras driblar a varios defensas. El Madrid tuvo en el malagueño a su jugador más determinante, se movió por todo el campo y no sólo creó peligro sino que sacó la pelota desde atrás cuando la ocasión lo requería.

Al Sporting le duraba muy poco el balón y eran más internadas individuales, especialmente por la banda izquierda, las que llevaban un mayor peligro a la meta defendida en esta ocasión por Casilla que, no obstante, apenas tuvo que intervenir.

La última ocasión fue para el Madrid en una contra que cogió a la defensa local con menos efectivos ya que habían subido al ataque para rematar un córner pero Jorge Meré llegó justo a tiempo para evitar el remate de Lucas Vázquez.

La segunda parte comenzó con una gran ocasión para el Madrid en una falta de Amorebieta sobre Isco en el vértice del área que remató Nacho de cabeza y que Cuéllar rechazó con una pierna, el rebote no llegó Morata por centímetros.

En la jugada siguiente, el Sporting se adelantó en una acción en la que Babín, de cabeza, metió el balón al centro del área en el que tocó, también de cabeza, Mikel Vesga, una pelota que hizo una parábola que superó a Casilla y provocó el delirio en la grada.

Con el marcador en contra, Zidane metió a Marcelo por Coentrão buscando mayor llegada por la banda en la que Lillo ya estaba pasando bastantes apuros. El Madrid volvió a lograr el empate en un remate de cabeza de Morata que ganó en el salto a Babin y Cuéllar no tiene tiempo a reaccionar.

El encuentro estaba abierto porque los dos equipos buscaban la victoria y el balón rondaba las dos áreas, aunque las acciones del equipo de la capital llevaban más peligro.

Los aficionados la tomaron con Fernández Borbalán, en especial tras una tarjeta amarilla a Lillo en una jugada en la que el lateral rojiblanco fue el que había recibido la falta de Morata y no al revés.

El dominio visitante se incrementó con el paso de los minutos y el Sporting se veía incapaz de salir de su campo más que en contadas ocasiones ante lo que Rubi decidió dar entrada a Nacho Cases y Ndi.

Los madrileños lo siguieron intentando y acabaron logrando la victoria en el último minuto merced a otra genialidad de Isco, que se sacó un disparo raso y pegado al poste derecho a donde no pudo llegar Cuéllar.