Ganar al Barça, aunque no haya nada en juego o sea una pachanga, incluso un partido entre solteros y casados, es ganar al Barça. Y si además le sirve al Liceo para obtener el premio final de la tercera posición en la OK Liga, mejor todavía. Y poco tuvo de amistoso el duelo, con varios enfrentamientos entre jugadores. Los precedentes en esta temporada habían acabado con polémica, con la expulsión a Xavi Malián y el penalti anulado a Marc Coy como protagonistas principales, y parecía que había muchas cuentas pendientes. Se saldaron con el triunfo de los coruñeses (5-3), siempre superiores en juego y ganas. La derrota del Vic en Vendrell (8-6) permite al Liceo acabar en el podio en una temporada irregular que termina con despedidas. Dijeron adiós Álvaro Shehda y Henrique Magalhães. Pero el más emotivo fue el de Toni Pérez, y eso que Carlos Gil le privó de disfrutarlo sobre la pista. El técnico puede protagonizar otra de las salidas. Él enfiló el camino del vestuario nada más pitar los árbitros. Como siempre, dejando el protagonismo a los jugadores y sin dar pistas de su futuro.

El partido empezó con homenaje y terminó con vuelta de honor. Al principio, los dos equipos hicieron entrega de dos obsequios, una copa y una camiseta azulgrana, a la árbitra coruñesa Teresa Martínez, que dejará de pitar encuentros de categoría nacional e internacional. Era un día especial para todos, por más que deportivamente solo estuviese en juego la tercera posición. Hasta en el bando culé a Eduard Lamas le tocó despedirse de su actual club en su casa -y su sustituto en la plantilla del Barça será también coruñés, Ignacio Alabart-. La afición se lo reconoció cuando sonó su nombre por megafonía en la presentación. Pero la ovación estaba reservada para Toni Pérez. Él era el gran protagonista y centraba todas las miradas. Cada gesto, cada saludo, cada momento tenían el sabor de los últimos besos.

Salió en el cinco inicial del Liceo, algo no siempre habitual a lo largo de la temporada, pues junto a los fijos Xavi Malián, Henrique Magalhães, César Carballeira y Josep Lamas, el quinto puesto fue bailando entre el asturiano, David Torres y Marc Coy. Por el Barcelona, el portero Aitor Egurrola y cinco jugadores con pasado verdiblanco: Eduard Lamas, Marc Gual, Matías Pascual y Pablo Álvarez. Precisamente el siete argentino abrió el marcador casi sin querer a los 27 segundos de juego. Un tiro que rebotó en Josep Lamas y y que se coló mientras los locales pedían altura. El Liceo no se asustó y buscó la remontada. Toni Pérez, muy activo, con esa electricidad tan propia de él, tuvo varias, pero la emoción le hacía estar pasado de revoluciones. El empate fue obra de Carlo di Benedetto y Josep Lamas encontró en el primer palo el único hueco que había para batir a Egurrola. El Liceo ya estaba por delante y antes del descanso lo confirmó César Carballeira. El Palacio lo celebró a lo grande. Era una fiesta.

Ya en la segunda parte, Marc Coy se pudo sacar una espina. En la tanda de penaltis de la semifinal de la Copa del Rey los árbitros le mandaron repetir un lanzamiento, que había sido gol, y el fallo a la segunda desencadenó la eliminación liceísta. Ayer fusiló sin contemplaciones al meta azulgrana. Mientras Gual recortó la distancia (4-2), el partido subía de revoluciones. Discusiones que se saldaron sin consecuencias, aunque Magalhães vio una azul tras golpear con el stick a Pascual. Álvarez no pudo con la directa y Di Benedetto casi sentencia a la contra cuando el Liceo estaba con uno menos. Lo hizo el francés minutos más tarde, después de que Toni Pérez fallase una directa que todos querían que lanzase él. El Barça insistió, erró dos directas de Ordóñez y Gual y solo Pascual pudo con Malián. Tercera posición final. Tres despedidas oficiales. ¿Y alguna más? Un epílogo entre dudas.