Diez de diez. La travesía Coruña 10.000, la que da la vuelta a la península herculina desde la playa del Orzán hasta la dársena del puerto, llega el domingo a su décimo aniversario convertida en una de las citas ineludibles para los nadadores de larga distancia. Uno de los grandes retos del año pues no es una prueba que pueda hacerse sin una gran preparación previa. Saludar a la Torre de Hércules desde otra perspectiva es una gran motivación. Pero en la otra cara de la moneda están la soledad en el agua, las corrientes, la desorientación y las bajas temperaturas, además del evidente agotamiento. Son los principales enemigos a los que se enfrentarán los competidores, que una vez más han acudido a la llamada de este maratón acuático y agotado las inscripciones, limitadas a 120 por motivos de seguridad. Entre ellos estarán los ganadores del año pasado, Xabier Carneiro y Ana Veiga, ambos del Club del Mar.

Los dos volverán a ser los favoritos para anotarse una nueva victoria. Carneiro, todavía en al categoría júnior, debutó este verano con la selección española de aguas abiertas en la Copa de Europa que se disputó en la ría de Navia (Asturias) y también consiguió medalla en el Campeonato de España de larga distancia de la temporada pasada. Viene de ser tercero en la general del Gallego de aguas abiertas, pero los dos que fueron más rápidos que él, el arzuano Gaspar Andrade y el ribeirense Álex Lages, no podrán competir porque el día anterior disputarán la final de la Copa de España de la disciplina formando parte de la selección española.

Sus rivales serán los mismos que le escoltaron en el podio en 2016, sus compañeros de equipo Julio Pardo y Pedro Chans. Más fácil parece tenerlo Ana Veiga en categoría femenina. Una clásica en las competiciones en el mar, que no se ha perdido una travesía en las aguas gallegas de este verano, también fue tercera en la general del Gallego disputado hace tres semanas en San Amaro, primera en su categoría, la júnior 2. No están inscritas las que le acompañaron en el podio el año pasado, sí la cuarta clasificada, Bogna Mazur, otra nadadora habitual tanto en esta travesía como en otras del panorama gallego.

Solo tres nadadores han conseguido acabar las nueve ediciones disputadas hasta el momento y acumulan 270 kilómetros entre sus seis brazos: el coruñés César Lamas, el buenense Jesús Pérez y el vigués Aitor de Luis. Este puede quedarse como el último superviviente, ya que Pérez no aparece entre los inscritos para el domingo mientras que Lamas lo hace en la lista de espera. Porque solo hay 120 plazas disponibles y estas se agotaron antes de que finalizara el plazo de inscripción. Ante todo, garantizar la seguridad. Dada las características tan especiales de la prueba, prácticamente hay que acompañar a cada nadador.

La implicación de los voluntarios es en esta travesía más necesaria que en ninguna otra de las que se realizan en la ciudad. Por eso, para que vayan lo más agrupados posible, se dan tres salidas distintas, por nivel. Primero, los más lentos, que parten de la playa del Orzán a las 09.00 horas. Veinte minutos después lo hacen los del ritmo intermedio. Y ya a las 09.40 horas, los más rápidos. Estos tardarán sobre dos horas en finalizar el recorrido. Los más rezagados pueden incluso doblar ese tiempo. Cuatro horas a remojo, sin más referencias que el mar y solo con el objetivo de llegar. Los expertos en el circuito explican que la primera parte, hasta la Torre, se pasa rápido. Lo duro se hace al final, cuando se otea el Dique, parece que estás en la meta y todavía quedan tres kilómetros. Un muro. Pero una recompensa al llegar.