El derbi de menor trascendencia de la última década, dejó un bonito duelo de fútbol, repleto de orgullo entre dos estilos opuestos, en el que Oblak frustró la voluntad del Madrid y Griezmann premió la inteligencia del Atlético que aumenta a seis años sin perder en Liga en el Bernabeu.

Era un duelo fuera del foco de la presión y esa liberación impulsó a un derbi más vistoso y trepidante. El Madrid, con más horas de descanso tras el desgaste europeo de ambos, apostaba por imprimir un ritmo alto de juego desde el inicio, con una apuesta clara de Zinedine Zidane por extremos y la busca de superioridad en bandas con subidas de laterales o la libertad de movimiento de Bale. El Atlético se defendió, intentó mantener el orden y se dosificó. El momento de intentar golpear ya le llegaría.

El partido nacía con una bonita acción de Bale que sentaba a Godín con un gesto antes de recibir el balón y lanzar la carrera. El Madrid corría, le metía velocidad a la posesión, cosía a saques de esquina a su rival y se topaba con una figura que emergía por encima del resto. Oblak era un muro insuperable.

El Atlético buscaba soluciones defensivas al nuevo guión de Zidane. En este derbi la lucha no se focalizaba en la zona de máquinas, el centro del campo, se desviaba a las bandas donde los laterales madridistas se instalaban en terreno contrario y residían dos jugadores como Lucas Vázquez y Asensio.

Un exceso de confianza de Ramos despertó a su rival. Diego Costa marcó y fue anulado por falta en la presión, pero el Madrid se sentía cómodo, algo poco habitual en los duelos con el Atlético. De primeras conectaban y Cristiano soltaba un latigazo al que respondía Oblak en un bonito pulso. Asensio perdonaba para chutar y elegía centrar.

Tras el Camp Nou, donde el Atlético falló en el momento de presentar su candidatura al título, el Bernabeu era un examen donde debía demostrar. Comenzó a hacerlo pasado el ecuador del primer acto, con un intento en el que resbaló Koke. Con la confianza que da tener a Oblak, que sacaba otra a Varane a bocajarro, adelantó la línea de presión y comenzó a incomodar al Madrid.

El gol hizo sentir tener los deberes hechos al Madrid. Se desconectó de golpe y el Atlético dio un paso firme al frente. Vitolo pudo marcar, pero el rechace lo aprovechó Griezmann. El Atlético pudo sentenciar, pero también el Madrid, pero nada pudo mover un empate con el que gana el Barcelona.