Bélgica escogió el camino teóricamente más difícil hacia la final del Mundial 2018 al derrotar a Inglaterra con un golazo de Januzaj y terminar como primera de grupo, lo que le lleva a unos posibles cuartos de final contra Brasil si supera a Japón en octavos.

Un zurdazo del delantero de la Real Sociedad en el amanecer del segundo tiempo sentenció un partido que prometía mucho y que ofreció menos: mucha velocidad, pero pocas ocasiones claras. Y la mayoría, de los diablos rojos, a excepción de un mano a mano del inglés Rashford que desvió el meta belga Thibaout Courtois.

Con los dos equipos clasificados para octavos, el partido solo iba a servir, además de para medir las posibilidades de ambos ante un rival de primer nivel, para decidir el orden del grupo y el lugar del cuadro.

Y Bélgica, con su triunfo, escogió el camino de las dificultades, en el que tras Japón en los octavos se medirá en cuartos a Brasil si la canarinha supera a México, y luego podría enfrentarse a Francia, Argentina, Uruguay o Portugal; mientras que para Inglaterra el recorrido no parece tan comprometido, ya que el primer cruce será Colombia, en cuartos el ganador del Suecia-Suiza y en semis podría medirse a Croacia o España.

Ya decía Roberto Martínez, selecionador de Bélgica, que la prioridad no era ganar, pero su conjunto atesora tanta calidad que puede aparecer por cualquier lado. Para su contrincante, Southgate, que quería ganar para mantener la progresión, quedaron dudas sobre la capacidad de crear peligro real de los suyos.

Ninguno de los dos goleadores comparecieron en el Kaliningrad Stadium. Ni el máximo artillero mundialista Kane, autor de cinco goles en dos partidos, sustituido por Vardy, ni su perseguidor belga Lukaku, que lleva cuatro tantos y está tocado en el tobillo izquierdo.