Quedaban 20 segundos del tiempo reglamentario. El partido estaba empatado. Y el Maristas tuvo una doble oportunidad para anotar y ganar al Cortegada. Falló y se vio condenado a la prórroga, donde algunas imprecisiones y malas decisiones pesaron para mandar el triunfo a Vilagarcía (65-70). Es la segunda derrota de las coruñesas en su estreno en Liga Femenina 2, la segunda con un guión similar. "Podíamos ir 2-0 y vamos 0-2", se lamentó tras el partido Rubén Vázquez. "Vinimos no solo a disfrutar, sino a competir y ganar. Tendremos que seguir", añadió el técnico. La semana pasada el conjunto colegial repetirá en casa, en un pabellón que ayer fue un hervidero, y lo hará ante el Ardoi, que el año pasado fue su verdugo en la final por el ascenso. A la tercera puede ir la vencida, y con revancha.

El Maristas tuvo, sobre todo, un buen arranque en el primer cuarto y un buen cierre del cuarto parcial. "Empezamos con un ritmo muy alto, corriendo y, sobre todo, corriendo muy disciplinadas", analiza Vázquez. Las locales ganaron este cuarto por 21-19 y en el segundo la renta incluso aumentó a seis puntos. "Pero entonces tuvimos un bajón de juego, dejamos de defender, ellas se pusieron arriba, pero nos recuperamos y solo perdíamos de tres al descanso", continúa.

El tercer cuarto fue muy igualado, pero al Maristas le lastraron los errores propios más que los aciertos del rival. Por eso había que mejorar en el último. "Volvimos a ser disciplinadas, Jugamos muy bien, anotamos desde fuera", recuerda. Pero en la prórroga, la pérdida del rebote ofensivo y un último minuto y medio mal gestionado derivaron en la derrota. La segunda. Habrá que seguir luchando. Pero el Maristas está en el buen camino.