Pablo Graña, natural de Pontevedra, y el madrileño Alberto Pedredo se subieron ayer a lo más alto del podio de los Mundiales de piragüismo, celebrados en la ciudad húngara de Szeged.

Los remeros alcanzaron el oro mundialista en la categoría C2 200, al imponerse en la prueba final a la embarcación polaca, con Michal Lubniewski y Arsen Sliwinski, que ganaron la plata, y a la uzbeca, con Artus Guliev y Elyorjon Mamadaliev, que se quedaron con el bronce.

Graña y Pedrero invirtieron un tiempo de 36.06 segundos en completar la prueba, alcanzando una ventaja de 12 centésimas respecto al equipo de Polonia, y de 36 centésimas respecto a los uzbekos. A su logro olímpico se sumó después el bronce de Benavides y Toni Segura, en C-2 500.

Arévalo roza los Juegos

El betanceiro Carlos Arévalo, del equipo español de K4 500 junto a Craviotto, Marcus Walz y Germade, disputará hoy la semifinal de los Mundiales, estando cada vez más cerca de hacerse un hueco en los Juegos Olímpicos de Tokyo.