La leyenda de Teresa Portela es cada vez más grande. La gallega logró en la pista de Szeged la clasificación para los que serán sus sextos Juegos Olímpicos y la medalla de bronce de la final de K1 200 del Mundial. A sus 37 años, la canguesa volvió a demostrar su impresionante capacidad para competir y rendir en los grandes momentos. Se le escapó la plata por menos que un suspiro. Finalizó a una sola centésima de la medalla de plata de la polaca Walczykiewicz y con el mismo tiempo que la danesa Jorgensen, que comparte la medalla de bronce con ella. Pero el gran objetivo que perseguía en este Mundial era ser una de las cinco primeras clasificadas para asegurar la presencia de K1 200 español en los Juegos Olímpicos de Tokio y cumplió de forma escrupulosa. La Federación Española tendrá que decidir quién ocupa ese barco (tal vez haya algún selectivo), pero es evidente que el puesto será para Portela.

Teresa Portela hizo una mala salida. Se enganchó más de la cuenta y se vio obligada a una gran remontada. Apretó de lo lindo y mediada la prueba ya estaba a la altura de sus principales rivales aunque lejos de Lisa Carrington, que ofreció un nuevo recital para lograr el Mundial. El esfuerzo final de la gallega tuvo su premio con ese bronce final, que pudo ser algo más, y con la clasificación olímpica para Tokio. Una leyenda del deporte.