La baja de última hora de la neozelandesa Micaela Baker fue uno de los principales contratiempos del inicio de temporada del CRAT. No es fácil sustituir a una jugadora de su nivel, probablemente una de las razones por las que el conjunto coruñés se alzó con el título de la Liga Iberdrola el curso pasado, y que ya conocía bien el equipo. Y sobre todo se complica la tarea por la posición que ella ocupaba en el campo, la de apertura, la encargada de dirigir el juego, organizar y mandar a sus compañeras en el campo. Por eso las primeras jornadas fueron tan complicadas. Por eso y porque también faltaban por llegar los refuerzos internacionales. Después de dos meses, por fin aterrizaron en la ciudad las también neozelandesas Kate Matau y Victoria Meki, potencia física para la primera línea del equipo. Según los técnicos, incluso podrían debutar hoy. La primera puede aportar sus conocimientos del Sporting porque jugó en el conjunto lisboeta.