De nuevo Lionel Messi, esta vez en el minuto 87, surgió al rescate del Barcelona, doblegó al Atlético de Madrid y devolvió al conjunto azulgrana al liderato en el Metropolitano, escenario de un duelo competido que resolvió el de siempre con la indispensable colaboración antes de Ter Stegen.

De las paradas del guardameta alemán en el primer tiempo al gol definitivo, otro más, del atacante argentino, el factor que desbordó un combate intenso, que pudo ganar cualquiera, pero que ganó Messi, con una pared con Luis Suárez y un certero zurdazo, de manual, que fue inalcanzable para Jan Oblak cuando el choque apuntaba al 0-0.

Treinta goles le ha marcado ya el 10 azulgrana al Atlético, que se aleja de la Liga en el partido en el que había reconstruido una versión más que reconocible, consciente de que no había margen para el conformismo. Con ambición y determinación, su puesta en escena fue muchísimo más que esperar al Barcelona o asistir a su posesión.

El Barça había sobrevivido entre el poste y, otra vez, Ter Stegen.

Fue crucial para sostener al Barcelona en un momento más que comprometido; y recuperó instante a instante algo de su figura, a través de la posesión, de las apariciones de Messi y del reencuentro con el remate.