Está casi irreconocible. "Cuando fui a la primera competición de esta temporada, muchos rivales se quedaron sorprendidos", recuerda. Y es que en verano, en el descanso entre el final de un curso y el principio de otro, el oleirense Antonio Sandino perdió casi 25 kilos. Lo hizo por salud. Pero sobre todo fue una decisión estratégica para la que es su pasión, el judo. El año pasado competía en la categoría de más de 100 kilos, en la que los judokas suelen ser muy grandes y corpulentos. "Y yo soy más bien bajito, así que con mi entrenador pensamos que lo mejor era estar en menos de 100", comenta, "y la verdad es que me encuentro mucho más cómodo". En su primer año como júnior, y después de proclamarse campeón de España cadete, ya es uno de los favoritos y apunta alto: "El objetivo es ser campeón de España y todo lo que venga a mayores, como ir a Europeos o Mundiales, bienvenido sea".

Sandino, que acaba de regresar de una concentración en Madrid con la selección española, no tuvo descanso por vacaciones. Se puso en las manos de un entrenador personal, que diseñó sus dietas y su plan de trabajo en el gimnasio. "Pensé que me iba a ser más difícil porque, para qué vamos a engañarnos, me gusta mucho comer", reconoce. Pero no se trataba de un menú con demasiadas restricciones. El secreto estaba en la combinación adecuada de alimentos. Lo acompañó de sesiones de entrenamiento a las que ya estaba acostumbrado. "Yo ya solía ir todos los días al gimnasio", apunta, "y hacía una hora de ejercicios de cardio y otra de musculación". Los kilos empezaron a caer, uno detrás de otro, aunque llegó un punto en el que cada vez era más complicado y se estancó. Pero los resultados eran evidentes tanto en la báscula como frente a la vista.

Y el beneficio del peso que se sacó de encima también fue a todos los niveles. Sobre el tatami, redescubre una velocidad y una potencia nuevas. "Ahora me salen técnicas que antes no conseguía porque no era lo suficientemente rápido", explica. Un proceso de adaptación porque estaba acostumbrado a un cuerpo y ahora tiene otro, pero también porque solía combatir contra rivales muy grandes y pesados y ahora son más ágiles. De todas formas, el proceso ha sido rápido como demuestran sus progresos, con medallas en las distintas Copas de España. Este fin de semana, en Hondarribia, aspira al oro, lo que le clasificaría directamente para el Campeonato de España, sin tener que pasar por el Gallego y el sector noroeste. "Lo prefiero porque así no tengo que pasar los nervios de dar el peso por dos veces", analiza.

El Nacional es un objetivo que se ha marcado. Allí quiere el oro, aunque dice que si no puede ser, el podio también puede ser una opción. Por lo que ha visto hasta el momento, su máximo rival es un representante canario: "Estamos muy igualados, unas veces gana él y otras yo". Si finalmente es campeón, todavía no quiere ilusionarse con Europeos o Mundiales. El proceso para acceder a estas pruebas es acudir a las Copas de Europa, hacerlo bien y esperar que la selección se fije en él. Ya lo ha hecho porque le ha llamado para una concentración en Madrid durante la semana pasada. "Estuvo muy bien porque pude estar con judokas que se están preparando para ir a los Juegos Olímpicos", opina.

Esta es su primera temporada como júnior y todavía le quedan dos más. Todavía no sabe si serán en menos de 100 kilos o seguirá bajando peso. "Por un lado me siento bien en esta categoría, me parece que se adapta mucho mejor a mis cualidades que la de más de 100, pero tampoco descarto seguir bajando. Si no, el paso es cambiar la grasa corporal por músculo", avanza. Sacrificio cien por cien por y para el judo para el del JC Oleiros.