Josep Lamas y Marc Gual son dos de los abanderados de su generación. Llevaban el tres a la espalda. Fueron rivales cuando el catalán estaba en el Noia y en el Reus primero y después en el Barça y, entre una y otra etapa, compañeros en las filas del Liceo (2009-10), donde juntos ganaron una Copa CERS. Por coincidir, hasta colgaron los patines a la vez de una forma muy similar al renunciar a un año de contrato para ayudar a sus equipos desde otro punto de vista. Y ahora ejercen de delegados de lujo de los dos grandes aspirantes al título de la Copa del Rey. Ambos vivirán su primer torneo del KO desde el otro lado de la valla. Les costará no salir a la pista y más de un rival lo agradecerá.

"Bueno, yo desde que lo dejé... muchas ganas no tengo, fueron muchos años de hockey. Algún día para quitarme el mono pongo los patines y hago algún rondo con ellos", matiza el coruñés, aunque sí que reconoce que en algunos partidos especiales sí que el instinto es más irrefrenable: "Cuando venga la Copa, seguro que va a haber un ambientazo en el pabellón y va a haber más ganas de jugar". Su labor es de delegado, pero es más un segundo entrenador. "Lo que hago es ayudar a Juan (Copa). Veo también muchos vídeos, que como jugador no veía tantos. Pienso más en lo que puede suceder en los partidos. En cómo debemos afrontarlo. Y se lo transmito al míster y a los jugadores", expone.

Dice, incluso, que desde fuera los partidos se ven "más tranquilo". En eso lo contradice Marc Gual. "Se sufre más porque no se puede hacer nada en la pista", señala. Para él su rol en el banquillo también es una novedad. "Mi papel es dejarlo todo listo para que los jugadores después lo puedan hacer bien sobre la pista. También intento animarles y aportar mis cositas, mi experiencia de cuando jugaba", comenta. "La Copa del Rey es una de las competiciones más chulas. Pero yo ahora estoy en otro momento de mi vida y me toca vivirla desde fuera", añade.

Después de toda una vida jugando uno contra otro, ahora llevan dos duelos desde el banquillo, uno para cada uno. El tercero podría ser en la Copa del Rey de dentro de dos semanas. Liceo y Barcelona solo se cruzarían en la final, la soñada por todos. "El Barcelona es favorito", reconoce Gual, "pero la Copa es diferente a todo lo demás". El culé avisa de los peligros de este torneo: "Todos los equipos saben que si están bien, en un fin de semana pueden ganar un título. Y por eso son más peligrosos. Lo importante es empezar bien". El Barça se mide al Girona en cuartos. Al Liceo le tocó el coco, el Reus. "Nosotros jugamos en casa y nuestro objetivo es llegar a la final, pero antes hay que ganarle al Reus", avisa el verdiblanco. "Si hay una final contra el Liceo será bueno para nuestro deporte porque están preparando una Copa muy bonita y con Riazor lleno será espectacular", aporta Gual. "Va a haber un ambientazo, seguro", confirma Lamas.

Ellos también estaban en la Copa de 2009. El coruñés, que había ganado la de 2004 y en 2003 la Liga Europea como anfitrión, buscaba la décima que a día de hoy todavía no ha llegado. Gual visitaba el Palacio en las filas del Reus, que cedió en semifinales contra el Barcelona. La temporada siguiente, los dos compartieron vestuario en A Coruña. Después sus caminos se volvieron a separar. "Lo prefería como compañero que como rival", bromea Lamas. "Dejé muchos amigos en A Coruña, uno de ellos es Josep, y guardo muy buenos recuerdos", concluye el azulgrana.