El saudí Yazeed Al-Rajhi (Toyota), en coches, y el estadounidense Ricky Brabec (Honda), en motos, se llevaron ayer la victoria en sus respectivas categorías en la séptima etapa del Rally Dakar, de 737 kilómetros, 471 cronometrados, entre Ha’il y Sakaka, mientras que el español Carlos Sainz (Mini) aguantó el pulso abriendo pista.

Después de la jornada de descanso, la competición se reanudó con el madrileño abriendo pista y siendo el primero en llegar a la meta de la especial, finalizando el día tercero a 1.15 de Al-Rajhi, que consiguió ponerse líder a unos cien kilómetros de meta para firmar su primera victoria desde 2015.

Así, el saudí terminó con 48 segundos de renta sobre el líder, el francés Stéphane Peterhansel (Mini), que amplía su ventaja al frente de la clasificación general después de que el segundo, el catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota), llegase cuarto a 2.48 de Al-Rajhi.

Todo ello a pesar de haber atesorado hasta seis minutos de renta sobre Al-Attiyah a lo largo de la especial. Aun así, Monsieur Dakar domina con 7.53 sobre el tricampeón y Sainz se mantiene a 41.06 después de ceder solo 27 segundos con Peterhansel. Nani Roma (BRX), noveno, es quinto en la general.

En la categoría de motos, el estadounidense Ricky Brabec (Honda), vencedor del prólogo, se adjudicó la etapa con un tiempo de 4:37,44, con 2.07 de ventaja sobre el chileno Nacho Cornejo (Honda), al que el segundo puesto le valió para convertirse en el nuevo líder. El piloto sudamericano, que integró un podio de etapa que completó el también norteamericano Skyler Howes (KTM) a 02.19, comanda ahora la clasificación general de las dos ruedas por delante del australiano Toby Price (KTM) por solo un segundo. El español Joan Barreda (Honda) volvió a sufrir al tener que abrir pista y terminó decimocuarto a casi ocho minutos del ganador de la etapa, un resultado que aun así le permite ser sexto en la general.