El Atlético de Madrid se llevó los tres puntos de La Cerámica ante el Villarreal en un partido en el que el equipo castellonense dominó y fue superior en el juego pero en el que el equipo madrileño mostró una máxima efectividad ofensiva y exhibió su fortaleza defensiva cuando peor lo estaba pasando ante el neto dominio local.

El Villarreal arrancó con mas intensidad y centrado el partido. La presión del equipo de Unai Emery generó problemas al Atlético para conectar con sus jugadores interiores, aunque paulatinamente el juego se equilibró sin que ninguno de los dos equipos dominase, si bien eran los locales los que parecían más cómodos sobre el césped.

Sin embargo, ambos equipos se mostraron firmes en el arranque de su campo pero su juego carecía de peligro en el último tercio del campo, sin profundidad para poner en serios apuros a Asenjo y Oblak.

De hecho, hasta el minuto 24 no llegó la primera ocasión de gol en un disparo de Saúl desde fuera del área que mandó a córner Asenjo y que fue el preludio del primer tanto del partido pero que precisó de VAR para que se validase.

Un centro de Lemar al segundo palo encontró el remate de cabeza deSavic y pese a que Asenjo logró repeler, el balón tocó en Pedraza en el suelo y entró en la meta local.

El Atlético encontró el gol antes que el juego, ya que aunque el Villarreal no se mostraba como claro dominador, el equipo de Simeone no había generado peligro ni fluidez en su juego hasta entonces.

Los locales trataron de reaccionar y poner más ritmo a su juego y al partido y tuvieron una buena opción de empatar en un complicado remate de Gerard Moreno tras un excelente pase de Dani Parejo pero que entre la defensa atlética y Oblak lograron sacar desde la misma línea de gol.

El Villarreal merodeó el área de Oblak en busca del tanto del empate pero sin éxito ante un Atlético al que le costaba salir a la contra y que con muy poco logró alcanzar el descanso con ventaja.

En el segundo tiempo el Atlético se mostró de entrada más cómodo sobre el campo ante un Villarreal más impreciso al que le costaba más combinar y mover el balón que en el primer tiempo.

Pero la entrada del colombiano Carlos Bacca y el ecuatoriano Pervis Estupiñán dio más profundidad al Villarreal, que metió al equipo de Simeone en su campo y le hizo pasar por los peores momentos del partido.

Sin embargo, cuando el conjunto colchonero pasaba por más apuros apareció João Félix, que había entrado tras el descanso, para aumentar la ventaja de su equipo aprovechando un mal despeje de Pau Torres que el atacante portugués convirtió en un gol con un tiro raso y potente.