Se abre la puerta de la Champions en el Camp Nou para acoger a un misterioso Barça, un equipo en reconstrucción desde hace años, y atormentado ahora, además, por el debilitamiento que ha sufrido por la inesperada salida de Messi, y la cesión en el último día de mercado de Griezmann al Atlético de Madrid. Misterioso porque resulta una verdadera incógnita su nivel en Europa, continente del que ha sido expulsado de mala manera en los seis últimos años, sometido a escarnios que pertenecen ya al catálogo de los horrores, como el 2-8 de Lisboa ante el Bayern Múnich, el rival que se asoma esta noche al estadio azulgrana como si fuera un fantasma que agita la rutinaria tortura de la Champions.

Viejo rival, nuevo desafío para el misterioso Barça

Todo en el Barça resulta provisional, expuesto el club a múltiples cambios, incapaz de retener a Messi porque no tenía ni un euro para garantizar una transición mucho más tranquila. No hay tiempo ni dinero, enredado también en cuitas domésticas entre Joan Laporta, el presidente que halló tierra quemada en el césped del Camp Nou, y Ronald Koeman, el técnico que eligió Josep Maria Bartomeu para reconstruir un edificio demolido, curiosamente, por su mala gestión. Cohabitan ambos en un clima extraño, obligados a entenderse porque, como recordó el entrenador, “el fútbol no da tiempo a nada”. Ni siquiera a empezar con calma los pilares. “Mi relación con Laporta es perfecta”, se apresuró a recalcar Koeman para enterrar los días de recelo y desconfianza que se han vivido. “Ni una queja. Hubo algunas cositas, pero hablamos y nos pusimos de acuerdo en todo”, añadió el técnico. No hay otro remedio porque se trata de una cuestión de supervivencia. “No me han puesto condiciones y no voy a hablar más de mi renovación”, dijo después con tono seco y cortante. “Estamos en un momento donde estamos cambiando cosas. Hay que aceptarlo y hay que trabajar. Mi futuro no es lo importante. El futuro del club y del equipo es lo más importante”, afirmó.

Tantos cambios que el Barça es hoy una incógnita. Hasta para el propio Koeman. “Este será un partido interesante para sacar conclusiones de cómo estamos. ¿Si se puede ganar la Champions? Es una pregunta que no se puede contestar ahora. Hemos visto que el Chelsea ganó el año pasado y seguramente no estaba entre los dos o tres favoritos para hacerlo”, admitió, recordando la “potencia” del Bayern, “un equipo con gente experimentada y con gran calidad individual”.