La última oportunidad del Giro para los velocistas se convirtió en un premio inolvidable para el belga Dries De Bondt (Alpecin Fenix), quien alzó los brazos como vencedor de la decimoctava etapa disputada entre Borgo Valsugana y Treviso con un recorrido de 156 kilómetros, en la que mantuvo la maglia rosa el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos) y Mikel Landa consolidó la tercera plaza con el abandono por COVID del portugués Joao Almeida.

A veces los sueños se cumplen, los pronósticos se derriban y los aventureros tienen premio. No hubo esprint masivo. Lo evitaron cuatro valientes: Dries De Bondt, Magnus Cort, Affini y Gabburo. Ellos se disputaron el botín por velocidad en la recta de meta de Treviso. De Bondt fue el más rápido en la recta de meta y celebró su primer gran triunfo por delante del italiano Affini (Jumbo Visma) y del danés Magnus Cort (EF Education).

El pelotón con lo teóricos favoritos llegó tarde a la fiesta por 14 segundos. Los Démare, Cavendish y Gaviria se quedaron con la miel en los labios. En el grupo delantero pasaron Carapaz y Mikel Landa, pero no el australiano Hindley, quien tuvo una avería dentro de los 3 últimos kilómetros de carrera, lo que evitó la pérdida de tiempo. Peor suerte tuvo Juanpe López, quien llegó con 2.30 minutos de retraso. El escenario no cambió en la zona noble y Carapaz retuvo la maglia rosa en una jornada no tan fácil como se preveía.