El pataleo

Lo ha vuelto a hacer

Josep Pedrerol Director de ‘El Chiringuito’

Nos encanta poner etiquetas a todo y a todos, clasificar lo que ocurre, pero existen pocas maneras de definir lo que es capaz de hacer el Real Madrid en competición europea. En su jardín. El pasado miércoles, ante el todopoderoso City de Guardiola, el equipo al que casi todo el mundo daba como favorito, lo hizo de nuevo. Volvió a demostrar que en la Champions (casi) siempre se sale con la suya. Puede ser avasallando con un fútbol vertiginoso, remontando con sus míticos arreones finales o, como el otro día, aguantando atrás las incesantes embestidas de los ingleses. Está claro que defender bien es un arte, que manejar los tiempos es clave y que la mentalidad de acero puede ganar a la estrategia, a la pizarra, al discurso. Por muy atractivo que sea, que también lo es. Pero, como tantas veces hemos dicho, en el fútbol lo que vale al final es ganar. Ancelotti lo clavó el sábado en rueda de prensa: “No conozco ningún aficionado triste por cómo jugamos…”. Poco más se puede añadir a esta sentencia de Carletto.

La receta

¿Cómo es posible que la historia se repita una y otra vez? Desde luego, no es casualidad. Ningún jugador del Madrid sale al campo con miedo a perder. Es sencillo, si lo hace no puede formar parte de ese club. Muchos futbolistas pasan por el Real Madrid, pero pocos son los que triunfan. Y la personalidad es clave. Ha habido excelentes jugadores con el balón en los pies. Técnicos y desequilibrantes, pero mentalmente débiles. Esos no tienen cabida en una plantilla donde la exigencia es máxima y ganar forma parte del día a día. Un club en el que el empate es una derrota. En el que un año sin títulos es una catástrofe. Ganar es una obligación y pelear para conseguirlo es un deber. No existe la complacencia, no existe el conformismo, no existe la dejadez. Para jugar en el Madrid hay que ser insaciable, valiente, indestructible. A partir de ahí se escriben las grandes historias de este deporte. Ante el City vimos un ejercicio de supervivencia descomunal. Rüdiger, Carvajal, Nacho, Kroos…Qué exhibición de fortaleza mental. Desde Barcelona se observa al Madrid con respeto, admiración y envidia. Se echa en falta esa mentalidad ganadora que sí tiene el Madrid.