Celebración del Borbolla. | // VÍCTOR ECHAVE

El fin de semana enfrenta al Liceo y al Borbolla, los dos equipos coruñeses en la máxima categoría de hockey sobre patines, a dos escenarios diferentes. Mientras que los verdiblancos disputan la primera jornada de la segunda vuelta de la OK Liga masculina, que trae al Palacio de los Deportes de Riazor al Igualada (17.30 horas), ante el que defenderán el liderato; las de Monte Alto jugarán el último partido de la primera fase de la OK Liga femenina, en la que les toca recibir al Las Rozas (19.00 horas). Las dos competiciones optaron por dos formatos diferentes, una liga regular sin play off por un lado y dos grupos con dos fases y play off por el otro, como diferentes son los objetivos de los representantes locales: el Liceo se ha confirmado como un candidato más que serio al título y el Borbolla se prepara para dar el todo por el todo por la permanencia, para la que mantiene todas sus esperanzas intactas de cara a la segunda fase.

El Liceo acaba de proclamarse campeón de invierno con unos números de infarto. Los de Juan Copa ganaron el martes al Lleida para confirmar una primera vuelta de récord con 43 puntos de los 45 posibles. Desde la temporada 2014-15 nadie dominaba así la liga. Lo hizo ese curso el Barcelona, también con 43 puntos después de ceder solo un empate, precisamente contra el Liceo. Es más, los azulgrana, en la segunda vuelta, solo perdieron un partido más, contra el Voltregá, para acabar con unos impresionantes 85 puntos sobre 90 totales. Precisamente el duelo contra los culés se empieza a convertir en el telón de fondo para los verdiblancos. El enfrentamiento está ahí, a la vuelta de la esquina —5 de febrero— y puede haber media liga en juego, sobre todo si ganan. Pero para que se pueda dar esa posibilidad es absolutamente necesario mantener la renta de tres puntos y no ceder ni un centímetro de su ventaja.

Antes toca el Igualada y después, ir a Taradell, donde el año pasado el equipo coruñés se dejó el récord de triunfos consecutivos que esta temporada por fin sí pudo batir. Con la lección aprendida, la humildad y la prudencia son los mejores consejeros para afrontar estos dos próximos encuentros. El primero el de esta tarde frente a un Igualada que si bien llega en un momento delicado, en los puestos de abajo de la clasificación, siempre, pero siempre, es un rival difícil. “Preparan muy bien los partidos defensivamente y hay que tener cuidado con las contras y tener mucha paciencia”, analiza Juan Copa. El equipo catalán notó la marcha de su goleador del curso pasado, Jordi Méndez, pero Cesc Linares empieza a ver la luz de la mano de la frescura de dos jovencísimos jugadores como Bernat Yeste y Roger Bars, que pondrán el peligro ofensivo, sin olvidar a los veteranos Ton Baliu y Sergi Pla y la habitual seguridad bajo palos de Elagi Deitg. La seguridad es también la clave del Liceo, el equipo menos goleado y que ha recuperado esa solidez que le hace tener unos números incuestionables.

Para números, en cambio, los que hace el Borbolla. A pesar de tratarse de la última jornada de la primera fase, la cantidad de partidos que tienen que recuperar sus rivales hace complicado echar las cuentas. Del quinto al octavo en la tabla pasan a la siguiente fase arrastrando los resultados contra los equipos que le acompañan del grupo. Tal y como está la clasificación, el Borbolla, octavo, solo pasaría con 3, aunque tiene 6, porque ganó a Alcorcón, que sí está entre los que lucharían por la permanencia, y el Girona, que ahora mismo es cuarto y se clasificaría a la pelea por el título. Pero este está empatado a puntos con el quinto, el Las Rozas, rival de hoy de las coruñesas, contra el que perdieron de forma ajustada en la primera vuelta. Por lo tanto, si ganan y después las madrileñas no pasan con ellas, no serviría de nada, pero sí si la situación termina tal y como está ahora. Incluso les puede beneficiar una derrota si después el que queda quinto es el Girona. Un lío de números en el que lo mejor para el conjunto que dirige Santi Martínez será ganar y después esperar.