“Marcó la evolución de los porteros y todo mamamos de ello”, explica Ramón Canalda, exportero del Liceo que ayer fue uno de los que mostró públicamente su tristeza por el fallecimiento a los 72 años de Carlos Trullols, el que había sido meta del Barcelona, de la selección española y después seleccionador nacional, una figura que traspasa las fronteras de los colores. “Aprendí muchísimo de él y para mí ha sido uno de los mejores de la historia”, añade por su parte José Luis Huelves, otra de las leyendas verdiblancas bajo palos. Los dos estuvieron a sus órdenes en la selección y en el caso de este último, compartió banquillo en las filas del equipo nacional.

“Fue compañero y después el entrenador cuando quedamos campeones del mundo en 1989. Es una noticia triste para el mundo del hockey”, dice Huelves. “Para mí ha sido uno de los mejores porteros del mundo, aprendí mucho de él. Y confió en mí para el Mundial de Argentina. Lo ganó todo, es un referente para cualquiera”, añade. “Se lleva el respeto de todo el mundo”, destaca Canalda, para el que Trullols era “un referente más allá de lo deportivo porque era un señor” y como portero su lista de virtudes es interminable: “Era muy ágil, utilizaba muy bien las piernas, salía, usaba el stick. Era un espectáculo. Dio un salto cualitativo, el primero en patinar. Tenía unas condiciones físicas impresionantes y era muy inteligente”.