El CRAT seguirá un año más entre las grades del rugby femenino español. Le tocó sufrir a uno de los equipos históricos de esta modalidad, de los pioneros y que ya ha traído para A Coruña dos títulos ligueros. En la temporada del coronavirus, de las restricciones, de los miles de problemas para poder entrenar y jugar, de las lesiones y la ausencia de fichajes extranjeros, el conjunto dirigido por Helena Roca y Jos Portos sacó el honor al quedarse fuera del play off y con una gran reacción en los dos últimos partidos, aseguró la permanencia. Las coruñesas, que la semana pasada habían trabajado muchísimo para ganar al Sanse, repitieron ayer para imponerse al Olímpico de Pozuelo —duelo de campeones—. Un ensayo a falta de un minuto para el final del encuentro permitió no solo ganar, sino firmar cinco puntos que atan matemáticamente el objetivo a falta de un partido. La primera piedra de un proyecto a largo plazo que dará muchas alegrías.

Patada de Ana Iglesias durante el partido de ayer que enfrentó al CRAT y al Olímpico de Pozuelo en Elviña. | // VÍCTOR ECHAVE

“Descender no se desciende”, decía hace unas semanas en este periódico una de las capitanas del CRAT, Elsa Porto. Ella sabía que el equipo sacaría las garras cuando llegara el momento. Las jugadoras salieron ayer a por todas en el Universitario de Elviña y a los diez minutos ya habían conseguido un ensayo de Alba Rubial transformado por una muy segura Ana Iglesias en las patadas en las últimas jornadas (7-0). Pero también se jugaba mucho el Olímpico y con dos zarpazos remontó (7-12). La velocidad de Eva Aguirre hacía mucho daño a las locales, que antes del descanso se pusieron por delante con marca de Maica Martí y transformación de Iglesias (14-12).

Tras el descanso replicaron las madrileñas con un punto de castigo (14-15). El CRAT seguía remando, a lo suyo, con buen juego a la mano y acertadas aperturas. Ensayó por medio de Yanca Almeida y Ana Iglesias sumó un punto de castigo. Las locales volvían a mandar por siete puntos (22-15) pero ya habían comprobado los peligros de las visitantes, que en nada que encontraron un hueco se volvieron a meter como Pedro por su casa por el medio de su defensa (22-22). Faltaba un último esfuerzo, un último empuje. La permanencia estaba muy cerca. Y esta llegó con la marca de Ana Montero y la transformación de Ana Iglesias. Un sufrimiento que valió la pena.