Salió cruz. De todas las combinaciones posibles para esta última jornada de la fase regular de la LEB Oro, al Leyma le tocó la peor. O por lo menos, la menos deseada. Por posición, por rival en el play off de ascenso a la ACB y por perder la ventaja de campo en unas hipotéticas semifinales y final. Dura derrota de los coruñeses (90-92). En la prórroga. Después de que la pelota saliera despedida por el aro en un par de ocasiones en los minutos decisivos. Con varias segundas, terceras y hasta cuartas oportunidades falladas en un mismo ataque. Frustrados con el arbitraje, que le penalizó hasta con cuatro técnicas, la última a 50 segundos para la bocina y con 5 puntos de ventaja, y le dejó sin dos de sus hombres —Matulionis y McGhee— para el final del encuentro. De lo que podía ser la primera posición se pasó a la cuarta y, con ello, a tener como rival en cuartos a Oviedo, un equipo peligroso y con una cancha, Pumarín, tradicionalmente negra para los naranjas. El próximo viernes a las 20.00 horas, primer asalto en el Palacio de los Deportes de Riazor.

Lotanna Nwogno intenta marcar una canasta frente a Edwards en el Leyma-Castelló en el Palacio de Riazor. Víctor Echave

El partidazo que hicieron Dago Peña y Gary McGhee no tuvo recompensa, aunque también es una buena noticia de cara al play off que se hayan subido al barco. Se esperaba al dominicano durante toda la temporada porque es uno de los hombres con más experiencia. Ayer no solo estuvo activo en anotación (24 puntos), desde dentro, desde fuera, con entradas a canasta, con triples y mejorando en los lanzamientos de tiros libres —solo falló uno— sino que también asistió (4) y reboteó (11), recuperó, defendió. Su expresividad lo dice todo. Habla consigo mismo. Con el entrenador. Se levanta los pantalones. Y su lenguaje no verbal era de matador. 33 puntos de valoración. El pívot norteamericano, por su parte, fue una intimidación constante en las dos pinturas. Aprovechó las asistencias de sus compañeros y estuvo perfecto en la línea de la personal sin ser un especialista. Al que se echó de menos fue a Zach Monaghan. Las faltas le dejaron fuera de juego en el primer tiempo y después salió demasiado frío. Tuvo el último tiro del partido. Se elevó desde la esquina mientras sonaba la bocina. Le taponó Edu Durán para completar su protagonismo ya que acababa de marcar la canasta de la victoria (28 puntos).

McGhee y Matulionis luchan por el balón desde el suelo. Víctor Echave

El Leyma, que llevaba seis victorias seguidas, fue a perder en el peor momento posible. Y en lo que seguramente fuera un ensayo general de lo que espera en el play off. La igualdad en la LEB Oro es máxima. Y el premio grande es único. Solo asciende uno y hay ocho candidatos. El Granada finalmente se hizo con la primera posición y luchará contra el campeón del grupo del descenso, todavía por decidirse pendiente de un duelo entre el Ourense y el Murcia que se disputará mañana. De esta eliminatoria, además, saldría el posible rival en semifinales del Leyma. El Breogán, segundo, se medirá al Palma mientras que los cuartos de final los completará el enfrentamiento entre el Castelló y el Alicante.

Era probablemente el partido más importante de la historia del Leyma y los hombres fuertes salieron muy centrados. La consigna era balones a McGhee. El gigante americano era la diana de sus compañeros. Todos le encontraban y conectaban con él bajo canasta. Se pusieron las botas dando asistencias y él, hizo fácil lo difícil para imponerse a un par varios centímetros más alto (Pavelka). Aunque el Castelló metió las dos primeras canastas, el vendaval naranja se fue como un tornado con un 13-0 de parcial (13-4). Los visitantes lo devolvieron con un 0-10 para volver a ponerse por delante (13-14). El juego iba a arreones, aunque también tuvo mucho que ver las dos faltas de Zach Monaghan, que tuvo que sentarse —y ya no volvió hasta el tercer cuarto— y la entrada en pista de la segunda unidad, ayer no tan efectiva como en otras ocasiones pese a la defensa de Romaric Belemene, pasado de frenada no obstante en muchas de sus acciones en ataque, y un Lotanna Nwogbo que le tocó lidiar con Matt Stainbrook. El pívot naranja finalizó el cuarto con un mate que hizo que los coruñeses llegaran al primer descanso con ventaja (17-14).

Los problemas del base obligaron a otorgarle más responsabilidad al recién llegado Arnar Björnsson. El islandés asumió los galones y estuvo al mando prácticamente todo el segundo cuarto, incluso coincidiendo en pista con Gaizka Maiza. El Leyma intentaba abrir brecha, pero el Castellón se aferraba al marcador e incluso con dos triples seguidos se ponía otra vez por delante (19-22). Dago Peña sostenía a los suyos. Una y otra vez el caribeño encontraba el camino al aro. Pero faltaban los triples. Quince minutos tardó en llegar el primero de la mano de Javi Vega (26-24). Y le acompañarían dos más, de Björnsson y Belemene. Los locales intentaban dar tirones, pero el Castelló siempre se resistía. Una canasta de Maiza dio paso al descanso con 38-34.

Ningún equipo se despegaba. Era una lucha constante, un golpe al que se respondía con otro. Pequeñas rachas para uno y otro bando. Por eso, con tanta igualdad, el Leyma jugaba en desventaja al no poder contar con la magia de Monaghan. Salió en el tercer cuarto. Marcó un triple (41-41). Cometió la tercera falta. Y otra vez al banquillo. El Leyma tampoco conseguía que el Castelló no anotase con facilidad, un goteo constante. Para la mejor defensa de la liga, la puntuación rival era demasiado alta. Y tampoco aprovechaba sus oportunidades. Con 62-57 y ataque para finalizar el cuarto, Björnsson perdió la pelota, cometió falta y le pitaron técnica. Y volvió a darle vida a los visitantes, que entraron a los últimos diez minutos solo tres abajo (62-59).

Javi Vega con triples, Dago Peña y McGhee se echaron el equipo a la espalda. Un 2+1 del estadounidense hizo entrar al último minuto con 82-77. Y llegó la jugada más polémica. Falta de Osvaldas Matulionis, la quinta, y técnica por una simple protesta. Los tres tiros pusieron el 82-80 y después el Leyma no pudo marcar en su ataque pese a contar con tres oportunidades seguidas. Con ocho segundos, tros dos tiros libres firmaron el 82-82 que mandó el duelo a la prórroga. En ella, de nuevo igualdad máxima. Con 90-90, fallaron dos triples Peña y Monaghan mientras que Durán, demasiado solo, marcó para ganar a falta de 75 centésimas.