Por aquella eliminatoria ante Melilla, por romper su techo. El Leyma lleva dos semanas comiéndose la historia a bocados y pretende seguir así hasta la victoria final. El vestuario naranja tiene marcadas esas seis victorias que le llevan a la ACB, ha recorrido impecable la mitad del camino y esta tarde (18.30 horas) en el Palacio, en casa, pretende situarse en el duelo definitivo con un triunfo ante el Granada, que vendrá con la lección aprendida tras el sopapo del miércoles en su pista.

Volverán las 1.100 almas del último duelo frente a Oviedo a Riazor, donde los hombres de Sergio García ansían reavivar las llamas de su particular forno, llevar al territorio desconocido de la final a un club joven, pero bien cimentado y resarcir a su gente de aquella decepción del cuarto partido ante el Melilla en 2016 cuando acariciaban la gloria. No estarán hoy en el parqué fantasmas como los de Suka-Umu o Zengotita, aquel día fatídicos, ni tampoco Beka Burjanadze, Sergio Olmos, Ángel Hernández, Ben Stelzer o Chus Castro. Es hoy el Leyma un equipo nuevo, de mente limpia, nada marcado por aquel golpe certero y doloroso. Solo les sigue incomodando a Zach Monaghan y Dago Peña, los que sobreviven de entonces, dos de los pilares del Leyma actual, coral y duro como ninguno, de los de manos largas, culo al suelo para defender y especialista en crear apagones defensivos en sus contrincantes. El peor de los rivales para cualquiera, que seguirá necesitando de todos, pero sobre todo de la magia del base de Illinois en el Zach time y de la explosión ofensiva del dominicano, que ataca el aro con cuchillo en estos play off y que se ha ido en más de una ocasión a más de 20 puntos y 20 de valoración.

Al Leyma le sostiene su racha victoriosa, esa capacidad que ha tenido este año para reinventarse tras cada lesión y fichaje, su incomodidad como rival, la profunda rotación que tiene y las sensaciones que ha desprendido en la pista más allá de lo que refleja el luminoso. Se rearmó en casa para batir a Oviedo, asaltó Pumarín y olió la sangre y no dejó escapar viva la oportunidad de recuperar el factor cancha en Granada. Pasó en todos los partidos por momentos de dificultad, supo rehacerse y tiró de la veteranía de Javi Vega o McGhee o de fuerzas de la naturaleza como Lotanna para acabar llevando cada duelo a su terreno.

Todos los actores de una tarde histórica son conscientes de que el Granada de este segundo partido será bien diferente al del miércoles. Le faltó hace tres días fuelle tras la prórroga y el partido extra ante el Murcia y no supo asegurar su juego y regatear las pérdidas, que le penalizaron sobremanera. Hoy será otra historia. En los primeros minutos buscarán hincarle el diente a un Leyma que tendrá la presión en el inicio y que solo con el paso de los minutos y su buen hacer plantará al equipo andaluz ante el precipicio. No faltarán puntales como Lluis Costa, Bropleh o Murphy, pero el mejor Gatell sigue siendo muy necesario para un equipo que lo echa de menos. La penúltima batalla llega a un Palacio muy silencioso desde hace meses. Es el momento de recuperar la magia, de dar rienda suelta a las gargantas en barbecho y de pelear por la ACB, una categoría que no cata A Coruña desde hace más de medio siglo.

Sergio García cree que el Leyma está “creciendo” y ve un mayor “nivel de madurez”

Sergio García, entrenador del Leyma, no obvia el paso adelante que ha dado su equipo en los play off, pero es consciente de que no hay nada seguro. “Se nos ha dado bien, por el momento. Estamos en un nivel de madurez del equipo mejor del que veníamos teniendo y yo creo que estamos creciendo y compitiendo bien. Pero no son tantos partidos como para echar campanas al vuelo. Hay que seguir humildes y ambiciosos al mismo tiempo y estar preparados para todo”, asegura el jefe técnico naranja.

A pesar del gran nivel de los últimos partidos y de que asaltaron Granada a mitad de semana, cree que, para volver a salir victorioso, el Leyma deberá subir el nivel. Valora lo que han hecho sus pupilos, quiere más. “Somos conscientes de que el nivel de los dos equipos es muy parejo y de que tenemos que hacer las cosas mejor de lo que las hicimos el otro día, ese tiene que ser nuestro pensamiento”, asegura y amplía: “Granada es muy buen equipo, tiene jugadores que se han encontrado en este tipo de situaciones seguro durante su carrera y con la experiencia y el nivel de talento para plantear un partido muy difícil. Lo que sí es verdad es que confío en que, con el apoyo del público y el trabajo de los chavales, seamos capaces de lograrlo”. Sergio García quiere que la afición esté ilusionada, pero que no suponga una relajación que se traslade al vestuario. “Es muy positivo que la gente lo esté disfrutando, que dentro del club también, pero no hemos terminado nada, no hemos conseguido nada”, reafirma.