El Liceo estuvo contra las cuerdas. Lo tuvo acorralado un Jordi Bargalló que demostró que el Palacio de los Deportes de Riazor sigue siendo su casa. El excapitán verdiblanco marcó tres de los cuatro goles de su equipo en la primera parte. Pero de capitán a capitán, el actual poseedor del brazalete liceísta empezó la remontada en el final del primer tiempo y la completó en el segundo, aunque el conjunto de Juan Copa acabó achicando bolas de su área después de haber fallado dos directas y dos penaltis —Grau paró también cuatro directas—. Sufrido o no, ya tiene su primer punto de la semifinal. Y mañana (12.00 horas) llegará el segundo capítulo.

Los de Sant Sadurní venían con más ritmo. El martes cerraron una eliminatoria durísima de cuartos de final contra el Calafell mientras que el Liceo prácticamente jugó su último duelo al máximo nivel en la Golden Cup, ya hace mes y medio —en la Copa del Rey también, pero estaba tocado físicamente—. El Alcoy le había plantado batalla, pero sin exigirle ese cuerpo a cuerpo. Y tardó en reaccionar, sorprendido por la buena salida de los de Pere Varias, que aguantaron el habitual arranque en tromba de los de casa. Porque David Torres forzó un penalti a las primeras de cambio. Pero después tiró fuera el lanzamiento y el rechace. Y cuando ya cantaban gol los verdiblancos, Toni Salvadó sacó la bola en la línea, lanzó la contra y remató a gol Roc Pujadas. Del 1-0 al 0-1 en apenas unos segundos.

Pero la reacción local tampoco se hizo esperar mucho más. En la jugada siguiente, clásica combinación entre Torres y César Carballeira. Entre coruñeses. Pase del 8 y remate en el segundo palo del 5. Pero otro coruñés, aunque sea de adopción, estaba inspirado. Bargalló mandó un trallazo a la escuadra para volver a adelantar al Noia. Se repitió el guión con la reacción del Liceo. Azul a Xavi Costa y aunque Adroher falló la directa, aprovechó después el juego en superioridad para empatar. Entonces continuó la exhibición del 9 de Sant Sadurní. Una azul a Marc Grau propició una directa en la que tras errar el tiro, sentenció con el rechace. Y después levantó y picó una bola para sorprender a Carles Grau. Por el medio, Álex Rodríguez había fallado un penalti. El Liceo perdonaba. El Noia rondaba el cien por cien de efectividad.

La reacción llegó con el gol de David Torres cuando se cerraba el primer tiempo. Lo celebrara con rabia en el suelo. Aunque aún quedaría un susto final con la azul a Carballeira que Pujadas no pudo convertir. Mejoró en defensa en el segundo tiempo el Liceo. Le dio la vuelta al marcador en cuestión de segundos. Primero una vaselina de Marc Grau. Después un remate al segundo palo de Torres tras una jugada de Roberto di Benedetto en la que bailó a todo el equipo rival. El Noia bajó físicamente —con un recambio menos, Mitjans no jugó—. Y aun así no cesaban los contratiempos para los locales. Otra azul a Grau. Otra directa que salvó su hermano. Ya en la recta final Álex Rodríguez marcó el sexto y Costa, con juego de cinco, recortó sin tiempo a más.