El Liceo y el Palacio de los Deportes de Riazor prolongaron su idilio. Allí el Liceo es letal. Da igual que sea una temporada en la que se espera sufrir más o en la que se necesita tiempo para que las piezas, siete de diez nuevas, se acoplen. La máquina verde llega a su pista y solo entiende una forma de jugar, en vertical hacia la portería contraria. Todavía queda mucho camino hasta que el equipo encuentre su mejor versión. Pero con lo que tiene ya le valió para golear a un Girona que asustó al anotar el 2-1, pero que no pudo hacer nada para frenar la velocidad de crucero de los locales, que ya suman dos victorias y se asoman a una semana complicada. El martes jugarán en Arenys de Munt y el viernes recibirán al Sant Cugat.

Todo el sufrimiento, incluido algunas dudas, que el conjunto de Juan Copa tuvo fuera de casa, primero en la Supercopa de España y después la semana pasada en Voltregá en la primera jornada liguera, se convirtió en casa en determinación y seguridad. Más cuando no habían pasado ni dos minutos y Bruno di Benedetto ya abría el marcador. David Torres mandó la bola al palo a continuación. El Girona estaba siendo superado y por momento el Liceo no le dejaba ni pasar del centro de la pista. Las rotaciones no bajaron el nivel. Arnau Canal tiene un imán con las bolas en el área y dispuso de dos ocasiones seguidas que precedieron al golazo de David Torres, un chut exterior que sorprendió a Llaverola.

Hubo que esperar al minuto 13 para el primer acercamiento visitante. Al segundo, gol. La superioridad del Liceo no quedaba plasmada y se solucionó con una directa de Álex Rodríguez. Falló la primera por azul a Marc Vázquez y un segundo después anotó la segunda por la décima. Con el 3-1 y con las protestas del Girona, que marcó justo después de que sonara la bocina, se llego al descanso. Y a la vuelta ya solo hubo un equipo. César Carballeira por dos veces y Di Benedetto completaron la goleada. Otros tres puntos para el casillero verdiblanco.