La ACB da el visto bueno al Coliseum como pista del Leyma, aunque exige mejoras

El Coliseum cumple, en líneas generales, con las exigencias de la ACB para que el Leyma juegue allí sus partidos como local la próxima temporada. Es la conclusión tras la reunión a tres bandas celebrada ayer en A Coruña entre responsables de la competición, del Concello y del club naranja. No hay grandes obras que llevar a cabo ni cuestiones de envergadura que solucionar. Solo actuaciones menores sobre todo en temas de iluminación y de seguridad y videovigilancia, en concreto la conocida como unidad UCO, una sala de control de toda la instalación, que el Concello ya está mirando dónde y cómo ubicarla para instalarla de forma definitiva. Ahora la ACB emitirá un informe que remitirá a los involucrados. Antes del 30 de junio el Básquet Coruña tiene que presentar toda la documentación oficial, incluida la referida a la instalación, para completar su inscripción en la máxima categoría del baloncesto español.

La afición del Leyma también es de ACB

Al margen de esta reunión, en la que participaron José Miguel Calleja, director general de a ACB, Juan Carlos Fernández, vicepresidente del Básquet Coruña, y Manuel Vázquez, concejal de Deportes, además del director de la instalación, Javier Rodríguez, tanto la institución naranja como Concello también avanzaron en las negociaciones del convenio que regirá el acuerdo para la utilización del Coliseum. La pista —se buscará una que cumpla incluso con las exigencias FIBA—, las canastas y los marcadores correrán a cargo municipal, mientras que será el propio club el que tendrá que hacer frente tanto a los gastos de seguridad como a los de montaje y desmontaje de la pista, así como al equipamiento deportivo necesario para la celebración de los partidos. Esto implica que el equipo no siempre podrá entrenar en el Coliseum y que dependerá de la agenda de conciertos de la instalación. De hecho, el mes de noviembre se presenta como uno de los más conflictivos porque ya hay programados en fin de semana. Será una cuestión de coordinar agendas y avisar con tiempo a la ACB, como hacen otros equipos en las mismas circunstancias, de los posibles cambios de calendario.