Hockey sobre patines - OK Liga masculina

Que siga el espectáculo

Tras el gran triunfo del viernes, el Liceo busca mandar las semifinales al quinto partido

David Torres celebra uno de sus goles en el partido del viernes contra el Noia.

David Torres celebra uno de sus goles en el partido del viernes contra el Noia. / Germán Barreiros/Roller Agencia

El Liceo se ha ganado el derecho a creer. En el quinto partido. En la remontada. En llegar a la final del play off. El vibrante choque del viernes, en el que arrolló al Noia de la mano de unos desatados David Torres y César Carballeira (7-2), le da carta blanca, licencia para que se desaten las ilusiones. Ahora todo pasa por el Palacio de los Deportes de Riazor. La cita será a las 12.00 horas. Los verdiblancos vuelven a necesitar que su afición le arrope y le impulse hacia ese objetivo de llegar vivo al martes, cuando se disputaría el duelo definitivo. Pero eso ya sería otra historia. La del presente es la de un cuarto partido en el que todo vuelve a empezar. No importan los siete goles de hace menos de 48 horas. No suman ningún punto extra. Hay que volver a bajar al barro para esa lucha cuerpo a cuerpo que propone el Noia y, a la vez, sacar la varita y la chistera para prolongar el espectáculo de magia.

Porque el Noia sigue estando en la situación más cómoda. Es el Liceo el que tiene que ganar sí o sí mientras que los catalanes tienen el colchón del Ateneu ya que, aún volviendo a perder, la semifinal se trasladaría para la decisión final a su casa, donde son más fuertes y donde el Liceo no gana desde 2019 —se impuso al Noia a domicilio en 2020 pero no fue en el mítico pabellón de Sant Sadurní, que estaba en obras, sino en el cercano de Torrelavit—. El 0-2 en contra con el que los verdiblancos llegaron al Palacio era demasiado engañoso. No estaba siendo una eliminatoria tan clara para los catalanes. No había sido tanta su superioridad en los dos primeros partidos ni tampoco el Liceo lo había hecho tan mal. Le había faltado esa pizca de suerte que tiene que acompañar en esas citas. Le habían sobrado algunos errores. Y necesitaba de mayor contundencia en el área contraria.

Y sobre todo que aparecieran los capitanes. Siempre se les exige más. Sobre sus hombros recae la mayor parte de la responsabilidad. El viernes dieron un ejemplo de lo que es sentir, luchar y dar hasta el último aliento por una camiseta. Pero tampoco pueden estar solos. Martí Serra dio también un paso al frente, con paradas en momentos decisivos que dieron la serenidad necesaria para continuar cargando al ataque. Fabrizio Ciocale no marcó, como en los anteriores duelos, pero volvió a ser decisivo en la conducción e incisivo en las recuperaciones de bola. Apareció Tombita para hacer lo que se le pide, que haga suya el área. Sito Ricart sacó el carácter. Y Bruno Saavedra fue Bruno Saavedra. Una revolución. Muchas veces para bien. Otras para regular. Los árbitros le miran con lupa. Tiene un enorme foco apuntando a su dorsal. Y no es justo para un jugador de 19 años. Que sí, que tiene que aprender. Pero lleva cuatro azules en cinco partidos de play off. Algunas ridículas. Pero ahí están. Y una más le acarreará sanción.

2-1 en las dos semifinales

Las dos eliminatorias se encuentran 2-1. El Noia afrontará, aunque con el factor cancha en contra, su segundo match ball. El Barcelona, después de ganar el viernes en el Palau al Reus, el primero, aunque también a domicilio —la serie se saltó el orden establecido por las bases de competición, dos partidos en casa del mejor clasificado, los dos siguiente al revés y el quinto y el último en la pista del primero; y se disputó un encuentra en cada casa—. Es la primera vez desde las semifinales de hace dos temporadas que un enfrentamiento no se decide por la vía rápida. Curiosamente, en aquella ocasión, cuando el Liceo se terminaría proclamando campeón de liga, los protagonistas fueron los mismos y ambos se fueron hasta los cinco partidos. El conjunto coruñés eliminó en semifinales al Noia —con el quinto en el Palacio— y el Reus pudo con el Barça también en cinco.

Esto es bueno para el hockey sobre patines. Igualdad, lucha, partidos competidos hasta el final y pabellones llenos para animar a sus equipos. Al Palacio de los Deportes de Riazor le faltó para llegar a la categoría de caldera. Hubo buena entrada, pero no al nivel de unas semifinales de play off en la que el equipo más laureado de Galicia necesita a su público. Hoy vuelven a ser necesarios todos, incluidos los aficionados del Leyma que acudieron a la llamada del deporte coruñés. También hubo presencia visitante. Aunque solo eran cinco, un miembro de seguridad tuvo que intervenir con uno de ellos. Sin mayores incidencias. Buen ambiente. Euforia general por el partidazo local y pequeñas dosis de cabreo con los árbitros. La grada mete presión y el equipo hace su trabajo en la pista. Excelente combinación.