Paco Zas expondrá esta mañana el programa con el que pretende ganarse la confianza de los accionistas del Deportivo y acceder a la presidencia del consejo de administración en las elecciones que se celebrarán antes de que finalice 2013 y que muy posiblemente tendrán lugar en el mes de diciembre. "Hola a todos. Mañana presentamos nuestra candidatura para presidir el RC Deportivo", así se presentó ayer en el estreno de su cuenta en Twitter el aspirante a dirigente, que, además, dará a conocer el nombre de todos los integrantes de su equipo para estos comicios, entre los que destaca la presencia de una mujer, Esperanza Peñalosa, muy vinculada a Begano.

Deportivista casi desde la cuna, Zas llegó al Deportivo en edad infantil, cuando el primer equipo de la ciudad empezaba a crear los equipos de base organizados por Manuel Naveira. Desde sus primeros años estuvo vinculado permanentemente al conjunto blanquiazul, alternando alguna temporada con el Orillamar, su equipo de siempre, hasta alcanzar el Fabril, en el que militó durante varias temporadas a las órdenes de Luis Rodríguez Vaz. Aunque participó en varios partidos amistosos con el primer equipo, sólo disputó un encuentro oficial con el Tenerife como rival. Fue durante la primera huelga de los futbolistas españoles, cuando los conjuntos disputaron la jornada de Liga con los jugadores de los filiales.

Paco Zas formó siempre en el eje de la defensa, especialmente de líbero. Era un futbolista fuerte, alto, con buen dominio del juego aéreo y con una exquisita técnica que le permitía salir con el balón jugado siempre que la ocasión lo permitía, aunque igualmente sabía ser contundente si el momento lo requería. A pesar de sus virtudes apenas dispuso de oportunidades en el primer equipo, en una época en la que los fabrilistas tenían escasas posibilidades, de hecho de aquella época sólo Vicente Celeiro, compañero de Paco en juveniles y en el Fabril, llegó a convertirse en profesional, carrera que desarrolló entre el Deportivo y el Celta, que fue donde se retiró.

Una vez desvinculado del Deportivo, Paco -nombre con el que siempre fue conocido como futbolista- militó en el Calvo Sotelo de Puertollano, con el que compitió en Segunda División, el Linares, para regresar a Galicia una vez concluida su experiencia en el cuadro andaluz. Aquí continuó jugando al fútbol en el Bergantiños, Sada, Betanzos, Cerceda y Carnoedo, ya como aficionado. Una vez que decidió dejar de competir, quiso tener una experiencia como entrenador, pero fue menos duradera, pues se limitó a ocupar el banquillo del Sada, Orzán y Cerceda. Su vida profesional tomó otra senda a través del mundo de la construcción, en la que continúa como director general de Coinasa.

Es, desde niño, un habitual en el estadio de Riazor, como también de Abegondo, donde juega el Fabril y el resto de las categorías inferiores, costumbre que comparte con su vástago. También es fijo en aquellos campos donde hay competiciones de los equipos más pequeños. Su pasión por el fútbol y su ferviente deportivismo fue la causa de que a principios de año se plantease la posibilidad de intentar acceder a la presidencia de la entidad blanquiazul. Sus allegados confiesan que su gran temor era que el equipo desapareciese, de ahí que decidiese dar un paso adelante con un grupo de amigos cuando el club estaba recién entrado en la ley concursal. La posible desaparición de su Deportivo no le dejaba dormir. "Fue cuando decidió meterse en esta locura", dicen de él.