Constantino Fernández Pico, empresario de 47 años y socio número 1.722 del Deportivo, se convirtió ayer en nuevo presidente del club. Lo hizo casi por aclamación, con una amplia mayoría -logró el 72,09% de los apoyos presentes y representados en la junta- y sin rivales tras las renuncias que se han ido produciendo en la carrera electoral. Este licenciado en Económicas, presidente y fundador de una compañía vinculada al sector de la consultoría que cotiza en el índice de nuevas tecnologías de la bolsa madrileña, será el encargado de recoger el relevo de Augusto César Lendoiro tras 25 años en el cargo y capitanear el delicado proceso en el que se halla inmerso el club. Le acompañarán como consejeros Enrique Calvete, Juan José Jaén, Fernando Vidal, Daniel Ramos y Martín Pita. De sí mismo y de todo su equipo de colaboradores promete "ilusión y trabajo" para superar los retos que afronta el club y resolver el que considera prioritario: alcanzar un acuerdo con Hacienda.

En la agenda inmediata del nuevo presidente, que esta misma mañana se desplazará a la ciudad deportiva de Abegondo para conocer al cuerpo técnico y a la primera plantilla, aparecen otras tareas, como resolver una reclamación de Mediapro sobre los derechos televisivos y cerrar el capítulo de refuerzos del equipo en el mercado invernal. La más importante, sin embargo, es convencer a la Agencia Tributaria. "Para mí esa es la prioridad número uno, evidentemente luego tenemos la deportiva", manifestó ayer Fernández.

"A Hacienda al final lo que hay es que garantizarle que con nuestro plan va a cobrar mucho más de que si liquida al Deportivo", destacó el nuevo presidente nada más finalizar la asamblea en la que resultó elegido. "Son varios los parámetros con los que podemos jugar", añadió; "hay algo más que quita y número de años, con todo eso iremos haciendo un trabajo en silencio".

Fernández espera que las negociaciones que emprenderá a partir de hoy mismo desemboquen en un acuerdo que permita materializar el mensaje que trasladó ayer a los aficionados una vez convertido en presidente deportivista. "Somos un gran club", aseguró; "y esto va a vivir muchísimos más años. "No tengáis ninguna duda", insistió; "de que esto va a salir bien".

Esas fueron sus primeras palabras recién finalizado un recuento que lo convirtió en el nuevo mandatario blanquiazul tras una asamblea que se desarrolló bajo un paraguas de concordia muy diferente al ambiente que se vivió en el mismo polideportivo del colegio Santa María del Mar hace un mes durante la Junta General de Accionistas. Fernández incluso tendió la mano a su predecesor y dejó en el aire la querella anunciada hace unas semanas contra Lendoiro y el resto de sus consejeros. Del ya expresidente manifestó además que le gustaría contar con él como colaborador en su proyecto.

El camino hacia la presidencia se lo allanó hace un mes el propio Augusto César Lendoiro, que renunció a la reelección después de amagar con postularse para un nuevo mandato. Germán Rodríguez Conchado, el que fuera su asesor jurídico durante casi 25 años, siguió su ejemplo y aparcó la actitud belicosa que mantuvo durante toda la campaña -llegara a calificar a Tino Fernandéz como "celtista"- para asumir de antemano su derrota. "Los datos de representación revelan una aplastante mayoría a favor de la canditatura de Tino Fernández", manifestó Rodríguez Conchado en su única intervención durante la junta; "supera ampliamente la suma del resto de candidatos". "Esta es una realidad que nosotros aceptamos y reconocemos".

Apenas una hora antes del comienzo de la junta en el pabellón de Santa María del Mar, Rodríguez Conchado ya había anunciado su intención de hacerse a un lado y no optar a la presidencia, desanimado por la exhibición de músculo de Tino Fernández durante estos últimos días. Las 40.000 acciones con las que el empresario se presentó en la asamblea de ayer eran demasiadas contra las que consiguió reunir el abogado. Sus aproximadamente 3.000 delegaciones poco podían hacer ante la cifra del nuevo presidente deportivista. "Lo único que procede es felicitar lealmente al vencedor y desearle los mejores éxitos porque serán también los del Deportivo", manifestó Conchado. "Quiero ofrecer mis disculpas", añadió; "a cuantas personas se hayan podido sentir molestos por algo que desde nuestra candidatura hayamos podido hacer o decir".

Eso fue todo cuanto intervino el abogado durante la asamblea. Con un abrazo nada más bajarse de la tribuna selló la paz con su antiguo contricante y dejó el horizonte mucho más despejado para un Tino Fernández que reservaría su discurso como nuevo presidente para más adelante. En su primer turno de palabra se limitó a trasladarle a los socios presentes en el polideportivo del centro escolar de As Xubias su propuesta de formar un nuevo consejo con seis miembros.

Para más adelante quedó su primer discurso oficial como mandatario deportivista, pero antes estaba pendiente de resolver la duda de si el único rival que le quedaba también renunciaría o bien decidiría continuar en la carrera por la presidencia a pesar de sus escasas opciones.

Lo hizo destacando la representación alcanzada en la asamblea, a la que calificó de "histórica, pero también dejando un recordatorio a la figura del presidente saliente. "A los deportivistas no solo nos importa que cada fin de semana entre el balón, sino que también nos importa la viabilidad del club", reflexionó López Cascallar. "Hoy (por ayer) ante nosotros no está un candidato y tenemos que valorarlo como figura global", continuó; "Augusto César Lendoiro es el mejor presidente de la historia del Deportivo".

Sus escasas opciones, sin embargo, quedaron demostradas en la primera votación de la noche, en la que se decidió el número de integrantes del futuro consejo de administración. También se resolvió la incógnita de saber qué haría Augusto César Lendoiro con las acciones que consiguió reunir mientras se mantuvo en el proceso electoral. La aplastante superioridad de Tino Fernández anunciada por Rodríguez Conchado quedó probada cuando su propuesta de seis consejeros se impuso en las urnas con más del 72% de los votos. Los apoyos de Lendoiro, aproximadamente 10.000, y los de Rodríguez Conchado se fueron al cajón de las abstenciones. Aunque las acciones que logró reunir López Cascallar matizaron un poco la apabullante victoria del empresario, Fernández se vio justo en aquel momento como presidente.

Semanas antes, después de la junta del mes de diciembre en la que tumbó las cuentas y el presupuesto gracias a los apoyos que consiguió reunir en su imparable campaña de captación de acciones y que convenció a Lendoiro de echarse a un lado, Tino Fernández había negado considerarse ya presidente. Ayer comenzó a ejercer como tal antes de la segunda votación, la que le proclamaría sucesor de la persona que ha dirigido los designios del club durante los últimos 25 años, y cuando se subió a la tribuna por segunda vez. "Quiero felicitar al deportivismo por su participación durante este proceso", dijo; "para mí ha sido un honor contar su apoyo".

Prueba de que el proceso electoral que se inició hace apenas tres meses, cuando comenzaron a postularse los candidatos para suceder a Lendoiro, es que el nuevo presidente tendió la mano a su antecesor, al que hasta no hace mucho le unía una relación muy cercana. "Agradecerle a Augusto César Lendoiro y a sus consejeros todos estos años", señaló Fernández antes de la votación. "No nos olvidamos de lo conseguido ni lo vivido", añadió; "está en el cuadro de honor del club, tiene usted nuestro respeto". A continuación vino una ovación de aproximadamente un minuto por parte de los más de 300 accionistas presentes ayer en el pabellón del colegio Santa María del Mar.

Ese reconocimiento a Lendoiro después de las agitadísimas semanas de los últimos meses inauguró una nueva etapa en el club. "A partir de este momento el Deportivo seguirá viviendo", aseguró Tino Fernández antes de convertirse en el nuevo presidente. "Seguiremos adelante, que nadie dude que esto va a durar muchos más años", prometió. Finalizadas las elecciones, el nuevo presidente tiene por delante el reto de cumplir el convenio de acreedores, negociar con la Agencia Tributaria y cumplir las expectativas deportivas. Para eso, dijo, hará falta unión: "Llegó el tiempo de estar todos a una".