Queco, coruñés e hijo de un histórico como Ramón Piña (1973-1983) defiende ahora la meta del Huesca, pero parte de su formación estuvo ligada al Dépor y hace unos meses vivió el ascenso a Primera del Leganés, un club al que llegó en 2014 cuando estaba en Segunda B.

-¿Se siente unido al Leganés?

-Claro. Por la gente y porque lo vi crecer desde abajo. Tengo amigos: Alberto, Mantovani, Serantes... También estuve con Asier.

-¿Cómo lo está viendo?

-Compiten siempre, que es la filosofía de Asier: disputar, estar metidos, dar la cara... Los resultados no ayudan, la categoría es dura.

-¿Qué tal ficharon en enero?

-Sé que les ha costado mucho confeccionar la plantilla y en este mercado se han reforzado muy bien. Hasta ahora el equipo no era el que ellos querían, pero aún así la primera vuelta fue estupenda. Aún no han pisado la zona de descenso.

-¿Su opinión sobre el Dépor?

-Lo sigo un poco menos, pero tiene una plantilla muy compensada. De los últimos años para mí es la mejor. Gaizka me gusta mucho. Ahora ha pegado un bajón y se está metiendo en la pelea. El sábado tiene un partido importante, aunque no a vida o muerte.

-Hijo de un histórico, nacido y criado futbolísticamente en la ciudad, ¿aún le tira el Dépor?

-Mucho, mucho. Lo quiero desde pequeño porque me viene de familia y porque estuve dos años entre los juveniles y el Fabril. Me trataron de maravilla, no tengo queja.

-¿Era entonces posible llegar al primer equipo?

-Difícil. Y ya no te digo mi caso porque tampoco tenía un gran currículum. Pero, por ejemplo, Dani Mallo era internacional y nunca llegó a tener la oportunidad. Ahora es más fácil. En aquella época venían extranjeros, se miraba más lo de fuera y se buscaba la experiencia. A los de casa siempre se les valoraba mucho menos.

-Para un excompañero suyo como Insua será diferente, ¿no?

-Claro. Fue importante y no solo por el gol del ascenso. Una pieza clave porque daba competitividad y era alegre. Quizás esta temporada no está teniendo la continuidad del año pasado pero para mí es el baluarte de la defensa y Asier Garitano es en el que más confía.

-¿Tiene futuro en Riazor?

-Sin duda. Estoy seguro de que Pablo va a ser central del Dépor durante años y si sigue con la proyección que lleva, que está centrado, en unos años llamará a las puertas de la selección, sin duda. Tiene unas condiciones físicas muy buenas, con el balón da una estupenda salida, siempre está concentrado... El Dépor puede estar tranquilo. Esta temporada querían que cogiera experiencia en Primera y lo está haciendo bien. Y a partir de ahora tendrá una plaza fija en A Coruña.

-¿Cómo es Butarque?

-Cuando yo lo conocí en Segunda iban 1.500 personas. Claro, era domingo por la mañana y con el frío del carajo que hace en Madrid... Ahora se llena todos los domingos, la gente está ilusionada. No van a ser 20 o 30 mil, pero aprietan y se hacen notar. El césped no está bien y eso condiciona, sobre todo, al Dépor porque los campos de Madrid están más duros y lentos. El Leganés físicamente le apretará. Son fuertes e intensos y lo puede notar un poco más, aunque este año ha ganado en ese aspecto.

-¿Cómo será el Leganés-Dépor

-Intenso. Se juegan mucho y eso atenaza. Cerrado, con pocas ocasiones. Tendrán miedo a perder y pueden ganar empatando; una derrota les haría daño. Igualado y se decidirá por detalles. Muy ajustado.

-Su padre, Ramón Piña, es ahora una persona cercana al consejo de Tino Fernández. ¿Qué le transmite de esta etapa?

-Está muy contento. Me cuenta que son gente trabajadora y cumplidora, que tienen las ideas claras. En el aspecto deportivo la situación económica lastra. A pesar de todo, hacen un trabajo fenomenal; es para estar orgullosos. Toca pasar unos años en los que el deportivismo va a sufrir. Espero que pueda limpiar la deuda y salir hacia arriba.

-Representó a AFE el 31 de julio de 2013 cuando el club pudo bajar a Segunda B por impagos. ¿Cómo lidió con esa situación?

-Fue duro. La gente solo se acuerda de ese día, pero todo el año hubo problemas. Sé de primera mano que muchos jugadores lo estaban pasando muy mal. Se salvó poniendo todos de nuestra parte, la prioridad era que no bajase.