El Deportivo trató de certificar en El Sadar la permanencia hace poco menos de 25 años, pero no lo consiguió. El equipo blanquiazul tenía que ganar a Osasuna y que el Espanyol perdiese en Atocha frente a la Real Sociedad. Los coruñeses cumplieron (0-1), pero no los donostiarras, que cedieron un empate (1-1) y permitieron que los catalanes sumasen el punto necesario para salvarse y condenar a los coruñeses a la promoción. Aquella de la temporada 1991-92 ante el Betis.

Los jugadores de Arsenio Iglesias llegaron a la última jornada libres del descenso directo (descendían dos y promocionaban otros dos) y viajaron a Pamplona con la intención de evitar también aquel doble partido contra uno de los aspirantes de Segunda a alcanzar la elite. Osasuna estaba ya a salvo, pero era, y es, un equipo que no regalaba nada. Los blanquiazules celebraron el gol a los 18 minutos gracias a un remate de Kiriakov. Veinte después el deportivismo celebró otro tanto, el de la Real Sociedad frente al Espanyol. Pero al cuarto de hora de la segunda los periquitos, entrenados por Javier Clemente, pusieron el empate a uno, que fue definitivo.

Los deortivistas sufrían para mantener su portería a cero, especialmente tras la expulsión de Djukic (minuto 49) por doble tarjeta amarilla. Con todo, a través de las contras pudieron haber puesto la puntilla a un equipo que solo ofreció garra y pundonor. Lo mismo que expusieron los futbolistas de Arsenio, armas que les permitieron hacerse con una victoria que no supo a nada porque le tocó sufrir la promoción. "La victoria no nos sirvió para nada porque dependíamos de terceros", manifestó Arsenio Iglesias después del partido. "Los jugadores están tristes, pero yo prefiero acabar la Liga con una victoria", añadió. "Aunque la Real debía haber ganado", apuntilló.

Aquel domingo 12 de junio de 1992 el Deportivo cerraba con cierto resquemor una temporada que podía haber recibido el calificado de brillante. Era su primer año en la máxima categoría tras haber superado aquella sonada longa noite de pedra y estuvo a punto de lograr la permanencia de forma directa además de estar clasificado para jugar las semifinales de la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid.

En juego estaban la continuidad en la elite y meterse en la final de la Copa; pero había un problema, todo se tenía que resolver en diez días. El primer partido de la promoción, ante el Betis, se jugó en Riazor tres días después del choque de Pamplona (10 de junio), cuatro días después fue la ida de semifinales en el Calderón (14 de junio), otros tres días más tarde (17 de junio) tocaba el partido decisivo en el Benito Villamarín donde los blanquiazules defendieron una corta renta (2-1) ante los béticos, para finalizar con la vuelta de la Copa en casa el sábado 20 de junio.

Un calendario en exceso apretado para un equipo que necesitaba continuar en la máxima categoría para sobrevivir y que para lograrlo tuvo que renunciar al sueño de jugar una final de la Copa del Rey. En el Calderón, en la ida, Arsenio alineó a un equipo inusual y perdió (2-0). "Estamos inmersos en la promoción, que es lo más importante para nosotros", había declarado el técnico de Arteixo en la sala de prensa del Calderón, donde también se lamentó del segundo gol rojiblanco, que marcó Schuster de falta directa, porque "con un 1-0 y después de lograr la salvación el miércoles en Sevilla (sería tres días después) el equipo podría meterse en la final de la Copa del Rey", había añadido.

Dos partidos con retos importantes en diez días y con una plantilla ajustada obligó al entrenador blanquiazul a apostar por la permanencia y alcanzó el objetivo. ¿La Copa? Con 2-0 era complicado pero posible. Al final, empate a un gol en la vuelta en un Riazor al que lo único que le importaba era celebrar la permanencia que se le había negado a pesar de su triunfo en El Sadar a principios de junio.

Mejor resultado le dio al Deportivo el último triunfo que conquistó en el campo de Osasuna (temporada 2007-08). Ganó, como en 1992, por un gol que anotó Sergio de penalti (0-1). Con estos tres puntos el cuadro blanquiazul se asentó en plazas que conducían a la Copa Intertoto y dejaba a Osasuna tocado muy cerca del descenso. Los futbolistas de Miguel Ángel Lotina consiguieron el billete definitivo para la competición europea, y posteriormente su participación en la Copa de la UEFA. Osasuna, por su parte, se salvó en la última jornada pese a perder en Santander, ya que se vio favorecido por la derrota del Zaragoza en el campo del Mallorca.