Fede Valverde, Celso Borges, Tyton o Fabian Schär son los nombres propios deportivista ahora que bajan el telón las fases clasificatorias para el Mundial de Rusia 2018. Muchas explosiones de júbilo en la caseta de Abegondo, contadas incertezas que se resolverán en la repesca y alguna alegría extra de viejos inquilinos de ese vestuario que han dejado huella en la grada de Riazor.

Lionel Scaloni se clasificó anoche para su segundo Mundial. El primero fue en 2006, cuando aún tenía contrato con el Dépor, aunque estuvo cedido en los meses previos en el West Ham inglés. Desde hace algo más de un año, tras acabar sus días como futbolista en Italia y hacer sus pinitos en el fútbol base de Mallorca, es ayudante de campo y analista de rivales de Sampaoli. Primero desarrolló esa labor en el Sevilla y desde hace unos meses continúa en la selección argentina, una de las grandes ilusiones de su vida.

Scaloni estuvo sentado en el banquillo albiceleste del estadio Atahualpa de Quito en el decisivo Ecuador-Argentina. Sufrió con el 1-0, empezó a respirar con los goles de Messi y con el 1-3 estalló junto al resto de técnicos y los propios jugadores. Al exdeportivista se le vio como uno más en el corrillo de celebración del tanto que hacía el hat-trick del '10' y que le daba la clasificación a su selección después de tanto sufrimiento. Tras festejar sobre el césped con el rostro desencajado y el puño cerrado, compartió la alegría del vestuario con dos fotos en su cuenta en redes sociales. En una posaba con la vieja guardia formada por Mascherano, Di María y el propio Lionel Messi y en la otra con la savia nueva representada por Dybala, Papu Gómez, Mauro Icardi o Emiliano Rigoni.